Certificación, la llave para acceder a mercados internacionales
Las certificaciones de calidad y de gestión de procesos son una garantía exigida cada vez más por los países importadores, especialmente en la Unión Europea y Estados Unidos, por lo que las empresas que quieran cruzar fronteras con sus productos deberán tener en cuenta esta inversión.
Por: Mariano Pérez, Auditor Interno de LSQA.
Fotos: Banco de imágenes
Desde hace años, en verdad muchos años, que escuchamos que la calidad ha sido, es y será un factor diferencial para la competitividad de nuestra empresa, mucho más aún, cuando esa “calidad” es una calidad certificada.
“La certificación se convierte en una suerte de boleto de entrada para el acceso a mercados internacionales. Si lo tienes, participas, si no los tienes, te quedas fuera”
En los últimos tiempos, los programas que ayudan y acercan a una empresa a la certificación se han vuelto cada vez más populares, y así tanto empresas como organizaciones han encontrado en las certificaciones la manera de distinguirse de su competencia y de ofrecer nuevos productos, servicios o habilidades, que a su vez generen una importante diferencia en sus negocios o inclusive en sus ingresos. En síntesis, han descubierto en las certificaciones una manera de distinguirse del resto.
Cuando una empresa consigue una certificación internacional está demostrando, a través de ese certificado expedido por un organismo acreditado, que cumple con una serie de normativas en sus procesos de fabricación, logística, higiene, recursos humanos, compromiso social o compromiso con el medio ambiente, gestión de servicios, seguridad de la información, entre otros.
Esta confianza que genera una certificación da credibilidad al producto; y brinda al consumidor garantías, permite ser un competidor más fuerte en el mercado, independientemente de su precio. El tiempo y el esfuerzo invertidos en obtener estas certificaciones a menudo resultan en mayores ingresos.
Leyendo “Forbes” hace un tiempo, Peña, directivo de Prodensa, decía… “La certificación es la garantía que se le da al cliente de que se tiene el control de los procesos y que son capaces de repetir el mismo proceso las veces que sea necesario, sin variación. Eso es realmente lo que las empresas buscan. Y en caso de haber una variación, hay que aclarar cómo es que se corregirá y que no sucederá de nuevo, para así lograr repetitividad y constancia en la producción”, y comentó que el 98% de los clientes de Prodensa que recurren a ellos, solicitan como principal requisito el tener una certificación.
Ahora bien, en virtud de todo lo dicho nos podemos imaginar que nuestro entramado productivo toma nota de esto y como tal lo aprovecha, pero sin embargo analicemos ciertos datos.
En la Argentina 1.633.341 micro, pequeñas y medianas empresas, casi la mitad corresponde al sector de servicios (806.297), un cuarto del total pertenece al sector del comercio (397.847) y el porcentaje restante se divide entre los siguientes sectores: industria (213.160), agropecuario (145.182), construcción (69.342) y minería (1.513). Asimismo, en el año 2021, las exportaciones totales de las micro, pequeñas y medianas empresas llegaron a US$ 10.800 millones.
Abundando aún más en detalle, la cantidad de micro, pequeñas y medianas empresas argentinas que vendieron a Estados Unidos -el tercer destino de exportación de las empresas de ese tamaño, luego de China y Brasil- fue de 1.464 y si bien el monto en dólares de las exportaciones de los últimos meses de 2021 fue de los más altos de la última década, como contracara la cantidad de empresas nacionales que exportan se redujo a casi la mitad en quince años.
En síntesis, según datos del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, de las cerca de 5 millones de empresas nacionales (considerando sociedades, autónomos y monotributistas) solo alrededor de 9.500 son las que realizan exportaciones.
Pero, ¿a raíz de que hacer este análisis? Sabemos y conocemos que la aplicación de normas internacionales de calidad está siendo requerida en forma creciente en distintos mercados internacionales, que tanto en la Unión Europea, como en Estados Unidos y en general los países desarrollados exigen que los productos que ingresan a sus países tengan algún tipo de garantía de inocuidad y calidad. Por este mismo motivo el número de regulaciones técnicas y estándares de calidad crece día a día en este tipo de mercados.
Así, mucho antes de materializar la exportación, e incluso antes de proponerle un negocio a su cliente, toda empresa deberá ocuparse de conocer los requerimientos documentales que aseguren el ingreso de la mercadería, por lo que la certificación se convierte en una suerte de boleto de entrada para el acceso a mercados internacionales. Si lo tienes, participas, si no los tienes, te quedas fuera.
“Todas aquellas empresas que se interesan por atender a los mercados internacionales, definitivamente si no invierten en certificación no lo podrán lograr”
Algunos sistemas y certificaciones que son exigidas por los países importadores de nuestros productos son:
• Safe Quality Food (SQF)
Son una serie de protocolos de manejo de calidad e inocuidad en alimentos basados en los lineamientos del HACCP y el CODEZ alimentaruis.
• ISO 22000
Sistema de Gestión de la Inocuidad alimentaria. Es una norma internacional basada en los principios del APPCC/HACCP.
• Global Food Safety Initiative (GFSI)
Persigue implementar un esquema marco de estándares mundiales de seguridad alimentaria para toda la cadena de alimentos.
• British Retail Consortium (BRC)
Desarrollada por los supermercados ingleses, requiere la adopción del sistema HACCP, mantener un sistema documentado de Gestión de la Calidad, implementar las BMP y contar con sistema de control de producto, proceso y personal.
• GLOBALGAP
Normativa de Buenas Prácticas Agrícolas acordadas por las grandes cadenas de supermercados europeos.
• ETI (Ethical Trading Initiative)
Es una iniciativa de empresas, ONGs y sindicatos con base en el Reino Unido, y apunta a mejorar las condiciones laborales en las cadenas de proveedores. Su objetivo final es garantizar que las condiciones laborales de los trabajadores que producen para el mercado del Reino Unido cumplen o exceden las normas internacionales del trabajo.
Conclusiones
Después de haber analizado el marco, los datos actuales y las exigencias de un mercado cada vez más globalizado, me animo a decir que existen dos tipos de pymes: aquellas que desean crecer y quieren dar verdaderamente el salto para ir al mundo global y han tomado la decisión de invertir en certificaciones y aquellas que están contentas y conformes con su nivel de negocio y atienden a un mercado que no exige la certificación. Pero, para todas aquellas que se interesan por atender a los mercados internacionales, definitivamente si no invierten en certificación no lo podrán lograr.
Por tal motivo, es simple y sencillamente un tema de decisión de negocios. Estar certificados en cualquiera de las normas exigidas representa una plataforma que abre las puertas para posibles negocios y si bien no asegura el contrato de un nuevo negocio, si no se la tiene, las puertas seguirán permaneciendo cerradas.
Más información:
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