CASA TORRES 75 AÑOS: DE LA FABRICACIÓN ARTESANAL A LA PROVEEDURÍA INTEGRAL PARA LA INDUSTRIA DE LA C

CASA TORRES 75 AÑOS: DE LA FABRICACIÓN ARTESANAL A LA PROVEEDURÍA INTEGRAL PARA LA INDUSTRIA DE LA C

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Así podría sintetizarse la historia de Casa Torres, una empresa familiar referente en productos y servicios para la actividad. Desde el porteño barrio de Mataderos, donde nació en 1942, ofrece ropa de trabajo, cuchillería, y todo tipo de herramientas e insumos para la producción, elaboración, venta y distribución de productos cárnicos.

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Osvaldo Torres (centro), junto a sus hijos Nicolás y Wanda. La tercera generación de la empresa familiar sigue la escuela de Alfonso Torres, quien la fundó en 1942.

Nació en Mataderos, el barrio porte­ño, donde en derredor del Mercado de Hacienda, se concentra buena parte de la industria frigorífica de chacinados y fiambres, carnicerías con buenos precios y comercios que venden productos y ser­vicios para la actividad cárnica. Y en 2017 está cumpliendo 75 años.
Se trata de Casa Torres, un tradicional proveedor de la industria frigorífica cuyos orí­genes se remontan a 1942, cuando Alfonso Torres inició la fabricación artesanal de zapa­tillas y botas de cuero con suela de madera -que se usaban en la época- y que varias déca­das después encuentra a la empresa familiar, siguiendo aquel legado, confeccionando ropa de trabajo y vendiendo todo tipo de herra­mientas y productos para la actividad.
Osvaldo Torres (OT), actual Gerente General de la empresa e hijo del fundador, cuenta que su abuelo trabajaba en el Mercado de Hacienda y que su padre ingresó al enton­ces Frigorífico Lisandro de la Torre (que funcionó entre 1923 y 1959, en un predio ubicado a una cuadra de Casa Torres), donde llegó a ser encargado de faena.
Por las tardes, fuera de su horario labo­ral, Alfonso Torres, en un taller, comenzó a fabricar aquellas botas que terminaba en su casa y luego vendía, junto con alpargatas y otros calzados de trabajo, a los empleados del frigorífico. “Fabricaba las botas con un primo a quien le exigía que le pagara con cuero y zuecos de madera. Luego empeza­ron a hacer delantales encerados de lona, con aceite de lino triple cocido”, recuerda Osvaldo. Con el tiempo las botas pasaron a ser de goma y luego de PVC, material que también reemplazó a la lona encerada.
Cuando tenía 15 o 16 años y cursa­ba el secundario, luego de la escuela, Osvaldo viajaba de Mataderos a Once, donde un amigo de su padre, de apellido Butchbinder, quien fabricaba ropa de tra­bajo que él vendía, le enseñó el oficio. “Yo allí aprendí a cortar y a encimar”, explica. A los 20 o 21 años me arriesgué a cortar y comencé a fabricar solamente pantalones y casacas para frigoríficos, y ropa de trabajo azul (la de mecánico), que antes comprába­mos en Once. Y finalmente comenzamos a fabricar todo nosotros hacia 1972/73”.
-¿Le gustaba o se dedicó a la confección por una imposición familiar?
– No fue imposición familiar, la tarea me encantaba. Aun hoy voy a la mesa de corte y me gusta observar y corregir los detalles.
Lo que comenzó como un comercio de ropa, luego se constituyó en un taller de corte y confección de ropa de trabajo, donde entre confeccionistas, administra­tivos, personal de venta y otros operarios, actualmente trabajan 12 personas.
SEGUN PASAN LOS AÑOS
-¿Qué cambió en la ropa de trabajo?

– De 1972 a la actualidad fue cambiando el mercado y el tipo de prenda. La indumen­taria para el frigorífico necesita tener muy buena costura tanto en pantalones como para remeras. Se confeccionaba y cosía de una manera, y eso fue cambiando en fun­ción de la experiencia. Actualmente, para los frigoríficos, el pantalón de trabajo es de tipo náutico, con elástico, y al igual que las chaquetas tienen bolsillo interno. No pue­den tener bolsillo externo porque no se pue­den caer objetos en la línea de producción.
Por este motivo, tampoco se fabrican ya prendas con botones para los frigoríficos. Si bien se trata de exigencias cada vez mayores del Senasa por cuestiones de higiene, muchas plantas también adoptan esta modalidad para la ropa de trabajo de otros sectores de las empresas.
“Donde se ve claro esto es en los delantales de PVC -apunta Nicolás Torres (NT), hijo de Osvaldo Vicepresidente de la empresa-. Antes tenían arandelas de aluminio, luego de plástico y finalmente se elimina­ron, reemplazándose por refuerzos en soldaduras plásticas del mismo mate­rial, de manera que ningún elemento extraño (arandelas o botones), pueda caer en la línea de producción”.

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Proceso de producción de pantalón náutico para la industria frigorífica. Se observa la utilización de nueva moldería, rediseñada y adaptada a los requerimientos de la industria frigorífica”.

-¿En los últimos años tuvieron dificul­tades con la competencia importada?
NT: 
-No en la indumentaria. Si bien ingresaron delantales chinos que eran más económicos, su durabilidad era menor y finalmente el cliente siguió eligiendo los nuestros, aunque también tuvimos que ofrecerlos”.
Sí se hace sentir el ingreso de pro­ductos importados en otros rubros como cuchillería, donde Casa Torres vende y representa a distintas marcas nacionales y extranjeras. Más allá de la indumentaria de trabajo de fabrica­ción propia, la empresa vende también calzado de seguridad y todo tipo de herramientas y servicios para la indus­tria frigorífica. “Somos uno de los dos fabricantes de una antigua máquina de dividir reses de pecho”, agrega Osvaldo quien explica que “podemos armar un frigorífico desde los corrales. Teniendo el predio y la construcción, podemos remodelar un frigorífico en funciona­miento, poniéndolo en marcha en dis­tintas posiciones y aportando guinches, roldanas y todo tipo de equipamientos.”
Wanda Torres (WT), presidente de la empresa, destaca que “al conocer muchos proveedores, podemos ofrecer todo tipo de productos para distin­tos pedidos que suelen ser urgentes. Somos la solución para productos muy dis­tintos. El cliente nos elige porque tenemos una clara vocación de servicio”.

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Osvaldo Torres: “Podemos remodelar un frigorífico en funcionamiento, poniéndolo en marcha en distintas posiciones y aportando guinches, roldanas y todo tipo de equipamientos”.

                                               
Wanda Torres: “Somos la solución para productos muy distintos. El cliente nos elige porque tenemos una clara vocación de servicio”.

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Nicolás Torres: “Innovamos en el canal de ventas. Hicimos una web amigable para el usuario. Es un lugar nuevo que nos permite ofrecer precios muy accesibles y nos sirve para llegar mucho al interior del país”

LO NUEVO Y LO QUE VIENE
-¿Y cómo celebran los 75 años? ¿Con inno­vaciones, con nuevos proyectos?
NT: 
-En los últimos años incursionamos en prendas que no fabricábamos. Ahora hacemos distintos modelos de buzos y de chalecos, incorporando colores y modi­ficaciones según la necesidad de cada cliente.
WT: -Además, estamos tratando de diversificarnos a otros rubros como ropa descartable, tanto para la industria frigorí­fica, que está utilizando mucha indumen­taria descartable para las visitas -como cubre calzados y cofias- y que también muchas empresas prefieren para el uso diario de sus operarios, como para otras actividades (como la medicina), que tie­nen una demanda muy amplia.
NT: -Innovamos también en el canal de ventas. Hace un año y medio hicimos una web amigable para el usuario. Está más enfocada a la venta por unidad, al usuario final y no tanto a las industrias, aunque también hay pedidos de jefes de compras, que es el objetivo pensado. También tenemos presencia en Mercado Libre, con más de 200 productos. La web es un lugar nuevo que nos permite ofrecer precios muy accesibles y nos sirve para llegar mucho al interior del país.
-¿Qué perspectivas ven para la industria cárnica en el futuro inmediato?
OT: 
-Las perspectivas son buenas con la exportación. Se está recuperando el stock.
El negocio de la carne va a pegar un salto, viene mejorando la productividad y aumentando la faena, especialmente de cerdo. Lo notamos porque ahora ha vuelto el troceador de cerdo, un opera­dor que era muy habitual en la zona de Mataderos, desapareció por mucho tiem­po y está de regreso. Además va aumentar la exportación porcina, porque tenemos muy buena genética y varias plantas muy bien armadas.
-¿Cuál es la mayor dificultad para la activi­dad que desarrollan?
OT: – 
Que la gente (los operarios) no quiere usar la ropa de trabajo y el casco, y así cumplir las normas de seguridad. El guante de malla de acero no tuvo mucha llegada. En muchas industrias, la gente es muy quisquillosa para el uso de la indumentaria de trabajo. Al haber menor uso, hay menor desgaste, lo que provoca menor renovación y por ende menores compras de estos productos.
-¿Qué medida a nivel gubernamental mejoraría la actividad de los proveedores de la industria cárnica?
OT: 
-Que se hagan cumplir las normas sanitarias, bajando la informalidad y que haya mayor rigurosidad en el control de las plantas chicas y en el control bromato­lógico en las carnicerías.

Más información:
www.casa-torres.com.ar

Fuente: Revista AmeriCarne Nº120
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