CARNE DE CASTOR:SE PUDO DEGUSTAR EN “USHUAIA A FUEGO LENTO”
La oportunidad se dio en la segunda edición del festival gastronómico “Ushuaia a Fuego Lento”. Los amantes de la gastronomía pudieron acercarse al restaurante Gustino del hotel Albatros.
Sin lugar a dudas, el anuncio de la preparación de menús con carne de castor acaparó la atención de toda la comunidad Ushuaia y hasta nacional.
Finalmente, se pudieron degustar diferentes platos preparados por chefs locales con esta especie considerada dañina para Tierra del Fuego.
Rubén Cerávolo, cocinero de Dulce Fuego, fue uno de los que se animó a preparar este animal, con el que elaboró tres opciones diferentes: fiambre de castor y dos clases de conservas.
Recordó que comenzaron a prepararlo dos semanas antes, acotando que el fiambre de castor "se elabora con la pata trasera del animal, a la cual le hacemos un proceso como el que se hace para jamón cocido, y realmente quedó muy bueno". Indicó que para prepararlo "se le realizó lo que se llama un masajeado de la carne con una salmuera, lo que hace que las proteínas de la carne larguen la gelatina propia que tiene la carne, después se cocina a unos 80 grados por casi cuatro horas, y así queda muy blando".
Asimismo, señaló que una de las conservas se preparo con salsa de morrón y unos laureles, acotando que "esta carne tiene un grasa bastante fuerte, por lo que hay que realizarle un proceso de desgrasado importante, para lo cual hay que buscar ingredientes suaves o que no tapen y que acompañen el sabor tan fuerte, que es particular de la carne de caza". Remarcó que a pesar de ser muy grasosa "se le puede sacar bastante la cobertura de grasa que tiene el animal".
Para la preparación de la otra conserva, que es "confitada", se debió sumergir la carne "en una materia grasa a temperatura baja, se la sella y le la esteriliza dentro de un frasco en un autoclave".
Explicó que de la materia prima, que es el cuerpo del animal sin cola y sin cabeza, se aprovecha un 50 por ciento, teniendo en cuenta el proceso de desgrasado y la eliminación de los huesos. Aclaró que la elaboración fue creatividad propia de la gente de Dulce Fuego, ya que no efectuaron ninguna consulta y simplemente fueron experimentando desde que tuvieron la carne sobre la mesada.
A la gente le gusto cómo estaba preparado, comentando que "se lo hicimos probar a personas que viven en Tierra del Fuego desde hace muchos años, que ya habían probado el castor de muchas formas y no les había gustado, pero en esta oportunidad sí les agradó".
La oportunidad se dio en la segunda edición del festival gastronómico “Ushuaia a Fuego Lento”. Los amantes de la gastronomía pudieron acercarse al restaurante Gustino del hotel Albatros.
Sin lugar a dudas, el anuncio de la preparación de menús con carne de castor acaparó la atención de toda la comunidad Ushuaia y hasta nacional.
Finalmente, se pudieron degustar diferentes platos preparados por chefs locales con esta especie considerada dañina para Tierra del Fuego.
Rubén Cerávolo, cocinero de Dulce Fuego, fue uno de los que se animó a preparar este animal, con el que elaboró tres opciones diferentes: fiambre de castor y dos clases de conservas.
Recordó que comenzaron a prepararlo dos semanas antes, acotando que el fiambre de castor "se elabora con la pata trasera del animal, a la cual le hacemos un proceso como el que se hace para jamón cocido, y realmente quedó muy bueno". Indicó que para prepararlo "se le realizó lo que se llama un masajeado de la carne con una salmuera, lo que hace que las proteínas de la carne larguen la gelatina propia que tiene la carne, después se cocina a unos 80 grados por casi cuatro horas, y así queda muy blando".
Asimismo, señaló que una de las conservas se preparo con salsa de morrón y unos laureles, acotando que "esta carne tiene un grasa bastante fuerte, por lo que hay que realizarle un proceso de desgrasado importante, para lo cual hay que buscar ingredientes suaves o que no tapen y que acompañen el sabor tan fuerte, que es particular de la carne de caza". Remarcó que a pesar de ser muy grasosa "se le puede sacar bastante la cobertura de grasa que tiene el animal".
Para la preparación de la otra conserva, que es "confitada", se debió sumergir la carne "en una materia grasa a temperatura baja, se la sella y le la esteriliza dentro de un frasco en un autoclave".
Explicó que de la materia prima, que es el cuerpo del animal sin cola y sin cabeza, se aprovecha un 50 por ciento, teniendo en cuenta el proceso de desgrasado y la eliminación de los huesos. Aclaró que la elaboración fue creatividad propia de la gente de Dulce Fuego, ya que no efectuaron ninguna consulta y simplemente fueron experimentando desde que tuvieron la carne sobre la mesada.
A la gente le gusto cómo estaba preparado, comentando que "se lo hicimos probar a personas que viven en Tierra del Fuego desde hace muchos años, que ya habían probado el castor de muchas formas y no les había gustado, pero en esta oportunidad sí les agradó".
La oportunidad se dio en la segunda edición del festival gastronómico “Ushuaia a Fuego Lento”. Los amantes de la gastronomía pudieron acercarse al restaurante Gustino del hotel Albatros.
Sin lugar a dudas, el anuncio de la preparación de menús con carne de castor acaparó la atención de toda la comunidad Ushuaia y hasta nacional.
Finalmente, se pudieron degustar diferentes platos preparados por chefs locales con esta especie considerada dañina para Tierra del Fuego.
Rubén Cerávolo, cocinero de Dulce Fuego, fue uno de los que se animó a preparar este animal, con el que elaboró tres opciones diferentes: fiambre de castor y dos clases de conservas.
Recordó que comenzaron a prepararlo dos semanas antes, acotando que el fiambre de castor "se elabora con la pata trasera del animal, a la cual le hacemos un proceso como el que se hace para jamón cocido, y realmente quedó muy bueno". Indicó que para prepararlo "se le realizó lo que se llama un masajeado de la carne con una salmuera, lo que hace que las proteínas de la carne larguen la gelatina propia que tiene la carne, después se cocina a unos 80 grados por casi cuatro horas, y así queda muy blando".
Asimismo, señaló que una de las conservas se preparo con salsa de morrón y unos laureles, acotando que "esta carne tiene un grasa bastante fuerte, por lo que hay que realizarle un proceso de desgrasado importante, para lo cual hay que buscar ingredientes suaves o que no tapen y que acompañen el sabor tan fuerte, que es particular de la carne de caza". Remarcó que a pesar de ser muy grasosa "se le puede sacar bastante la cobertura de grasa que tiene el animal".
Para la preparación de la otra conserva, que es "confitada", se debió sumergir la carne "en una materia grasa a temperatura baja, se la sella y le la esteriliza dentro de un frasco en un autoclave".
Explicó que de la materia prima, que es el cuerpo del animal sin cola y sin cabeza, se aprovecha un 50 por ciento, teniendo en cuenta el proceso de desgrasado y la eliminación de los huesos. Aclaró que la elaboración fue creatividad propia de la gente de Dulce Fuego, ya que no efectuaron ninguna consulta y simplemente fueron experimentando desde que tuvieron la carne sobre la mesada.
A la gente le gusto cómo estaba preparado, comentando que "se lo hicimos probar a personas que viven en Tierra del Fuego desde hace muchos años, que ya habían probado el castor de muchas formas y no les había gustado, pero en esta oportunidad sí les agradó".