Bioseguridad, una barrera contra los agentes patógenos

Aplicar un programa de sanidad en las granjas de aves no solo protege a los animales de enfermedades sino que garantiza la producción de alimentos seguros y, por ende, evita la transmisión de enfermedades al ser humano.

Por: Dra. Isara Ramírez, encargada del Departamento de Inspecciones, y Sebastián Victorica, CITP/FIBP, Desarrollo de Negocios Internacionales en UBI Meat Experts in Quality Assurance.

Foto: Banco de imágenes

La producción avícola se ha desarrollado rápidamente en los últimos años, lo que lleva a un aumento en los números de granjas. El crecimiento de este sector, en muchas partes del mundo, se relaciona al crecimiento demográfico, a los avances industriales y al aumento del poder adquisitivo.

Uno de los puntos clave a destacar en la producción aviar, es la correcta aplicación de las medidas de bioseguridad que se deben respetar y cumplir para lograr obtener animales sanos. Existen regulaciones específicas, en materia de sanidad, que tienen como finalidad proteger a los animales, garantizar la salud del consumidor, previniendo el contagio de enfermedades zoonóticas.

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) y la OPS (Organización Panamericana de la Salud) las zoonosis son enfermedades infecciosas transmisibles naturalmente desde animales vertebrados al ser humano. “La estrecha interacción entre hombres y animales, así como el aumento de la actividad comercial y la movilización de personas, animales, sus productos y subproductos han propiciado una mayor diseminación de las zoonosis”. 

En las aves de corral, entre los diferentes agentes zoonóticos que son objeto de vigilancia a nivel nacional y europeo, tienen especial importancia el Campylobacter, la Salmonella, Listeria, Escherichia coli, Mycobacterium bovis, los cuales se deben tener controlados para prevenir las enfermedades desencadenadas por estos agentes patógenos. En humanos, los signos clínicos asociados a estos patógenos son diversos e incluyen fiebre, problemas respiratorios, erupciones en la piel, dolor de pecho, inflamación de nódulos linfáticos, pérdida de peso, dolor de cabeza, conjuntivitis, dolor abdominal, diarrea, vómitos, rigidez de cuello, temblores, convulsiones y otros signos neurológicos. 

La crianza de animales de granja requiere de mucho esfuerzo y dedicación. El cuidado de aves de corral no es una tarea sencilla, se deben considerar, evaluar y aplicar medidas de bioseguridad. 

“Uno de los puntos clave a destacar en la producción aviar, es la correcta aplicación de las medidas de bioseguridad que se deben respetar y cumplir para lograr obtener animales sanos”

De forma general, los motivos por los cuales las industrias se esfuerzan en proporcionar alimentos seguros (Hussain y Dawson, 2013) son:

  • Para evitar pérdidas financieras debido a la pérdida de negocios. 
  • Para evitar gastos inesperados en retiros, eliminación y sanciones. 
  • Para evitar los costos legales debido a los brotes transmitidos por los alimentos. 
  • Para mantener la reputación de la compañía. 
  • Para mantener la confianza y lealtad del consumidor. 
  • Para cumplir las regulaciones y estándares del gobierno.
  • Para garantizar el suministro de productos alimenticios seguros. 
  • Para aumentar las ventas y las exportaciones. 

Para la prevención de las enfermedades en la industria avícola es importante considerar:

La localización de la granja: la misma debe presentar distancia con otras granjas así como de otras especies, de centros urbanos, basureros, para evitar la propagación de micoorganismos, sobre todo los transportados por partículas de polvo a través del viento. 

Control de plagas e insectos: los roedores (ratas, ratones) son los principales difusores de enfermedades provenientes de otros lugares, particularmente de otras granjas, contaminando por medio de heces y orina el agua de bebida, alimentos y camas. Los pájaros, moscas y mosquitos también pueden transmitir enfermedades ya que son los principales vehículos transmisores. Se debe hacer hincapié en un buen plan sanitario y en la aplicación de medidas que eviten el ingreso de estos y otros animales extraños. 

Limpieza y desinfección: durante los períodos de “vacíos sanitarios” (utilizados para realizar una limpieza profunda) se deben desarmar las camas, bebederos, jaulas, ventiladores, y todo lo que haya estado en contacto con los animales, aplicar un bueno barrido mediante la aplicación de detergentes adecuados y agua a presión (ideal agua caliente) y por último el uso de desinfectante (el mismo debe de cumplir con ciertos requisitos, se recomienda consultar con el fabricante), se ha comprobado que el uso de formaldehido proporciona resultados muy efectivos. 

Evitar lacontaminación de los alimentos: en este tipo de producción es común la utilización de pienso (alimento seco constituido por una mezcla de materias primas), se debe mantener almacenado en lugares limpios y secos. La humedad permite la propagación de determinados microorganismos como los hongos que pueden desencadenar enfermedades específicas en los animales. 

Lotes uniformes: como forma de evitar y/o disminuir la propagación de enfermedades de los animales adultos a los más jóvenes, es necesario mantener las categorías separadas. Al introducir animales nuevos a la granja los mismos deben cumplir con una cuarentena mínima, para poder evaluar la presencia de signos o síntomas que demuestren la ausencia de alguna enfermedad. 

Plan de vacunación: se deberá contar con calendarios de vacunación previamente establecido por el veterinario responsable del lugar. Es importante llevar registros del tipo de vacunas utilizadas, dosis, fechas, lotes aplicados, para poder llevar un mejor monitoreo de los animales. 

Estrés de los animales: está comprobado científicamente que diversos factores estresantes como ruidos externos, personal extraño, luz fuerte, entre otros, producen una disminución en la inmunidad de los animales, siendo una oportunidad ideal para los distintos agentes patógenos de desencadenar una determinada enfermedad.

Control del personal y vehículos: lo ideal sería disminuir al máximo la movilidad de personas, ya sea del propio establecimiento o visitas externas, así como los vehículos ingresados a las granjas. Esto se debe a que la propagación de diferentes microorganismos se realiza a través del calzado, ropa, ruedas de vehículos, etc. Para esto se deben tomar medidas de control como el registro de las personas ingresadas, desinfección de calzados por medio de pediluvios, lavado frecuente de manos, flujos de transito dentro de la granja adecuado (dirigirse de animales jóvenes a los adultos).

Estos son algunos de los puntos relevantes para poder diseñar y aplicar un adecuado programa de bioseguridad, es decir las medidas de manejo utilizadas para reducir la entrada de agentes patógenos y así poder mantener un control de las principales enfermedades que afectan a las aves.

Más información:
http://ubibeefinspection.com


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