Biodigestores, cómo transformar los efluentes porcinos en recursos rentables

Fotos: Biomax

Cuando, décadas atrás, se proyectaba una granja porcina, generalmente, se tenía en cuenta primero todo lo relacionado a ingeniería civil, genética, las instalaciones y se dejaba para lo último el tema de efluentes, lo cual se convertía en un problema cuando se comenzaban a llenar las lagunas.

Las granjas porcinas tenían dos alternativas que consideraban convenientes para tratar los efluentes: los tiraban en un potrero, que se terminaba convirtiendo en una laguna no impermeabilizada y así la contaminación era total, tanto para la napa freática como para el ambiente que estaba expuesto a las consecuencias de la metanización que estos provocaban. Otros lo acopiaban y lo usaban como abono crudo, que no tiene las mismas características que el Biol (subproducto proveniente de la digestión anaeróbica)  

Biodigestores, un cambio cultural

De esa forma, entonces, el manejo de los efluentes en los galpones de las granjas porcinas era un foco de contaminación importante. Sin embargo, desde hace poco más de 15 años se comenzaron a instalar biodigestores en algunas granjas, una tecnología que transforma los efluentes en valor agregado (energía calórica o eléctrica y Biofertilizante).

El tratamiento de los efluentes orgánicos con los biodigestores, genera dos subproductos que son muy importantes: biol, un fertilizante que es un excelente mejorador de suelo, y biogás que se puede transformar en energía calórica o inyectarlo a un grupo electrógeno adaptado y generar electricidad.

Un biodigestor es un estómago que digiere los efluentes orgánicos. Para dicho funcionamiento se instala una cámara receptora encargada de la distribución o bombeo del mismo hacia el biodigestor y por gravedad sale digerido a una laguna que funciona como acopio de fertilizante; el cual puede ser utilizado en ese mismo establecimiento o comercializarse.

Podemos decir que un biodigestor es, en su forma más simple, un contenedor cerrado, hermético e impermeable (llamado reactor), dentro del cual se deposita la materia orgánica a fermentar (excrementos de animales y desechos vegetales, aguas residuales, residuos, entre otros) en determinada dilución de agua para que a través de la fermentación anaeróbica se produzcan gas metano y fertilizantes orgánicos ricos en nitrógeno, fósforo y potasio. Por otro lado disminuye el potencial contaminante de los excrementos.

Proceso de digestión anaeróbica

La digestión anaeróbica es un proceso muy complejo tanto por el número de reacciones bioquímicas que tienen lugar como por la cantidad de microorganismos involucrados en ellas.Los estudios bioquímicos y microbiológicos realizados hasta ahora dividen el proceso de descomposición anaeróbica de la materia orgánica en cuatro fases o etapas:

1. Hidrólisis
2. Etapa fermentativa o acidogénica
3. Etapa acetogénica
4. Etapa metanogénica.

Características del subproducto Biol

El Biol es el resultado de la fermentación de estiércol y agua a través de la descomposición y transformaciones químicas de residuos orgánicos en un ambiente anaerobio. Tras salir del biodigestor, este material ya no huele mal y no atrae insectos una vez utilizado en los suelos. Como abono es una fuente de fitorreguladores que ayudan a las plantas a tener un óptimo desarrollo, generando mayor productividad a los cultivos.

El biol contiene bastante materia orgánica, en el caso del biol de porcino podemos encontrar hasta 22.87%. Agregado al suelo provee materia orgánica que resulta fundamental en la génesis y evolución de los suelos, constituye una reserva de nitrógeno y ayuda a su estructuración, particularmente la de textura fina.