“UN MUNDO, UNA SALUD”, FUE EL MENSAJE DE LA OIE EN EL CIERRE DE SU CONFERENCIA EN BUENOS AIRES
Muchas certezas y algunas dudas fue lo que dejó la “Conferencia Internacional de la OIE sobre Identificación Animal y Trazabilidad” que se realizó en La Rural, entre el 23 y 25 de marzo.
Entre las primeras, se encuentra lo irreversible del proceso de trazar e identificar a todos los animales del mundo, criados para la comercialización. Este proceso, aseguraron muchos de los conferencistas, intentaría eliminar cualquier posibilidad de transmitir enfermedades a través de los alimentos. También, es cierto que todos los países exportadores e importadores, deberán compatibilizar sus actuales sistemas de rastreo e identificación, para que no se generen dudas a la hora de comerciar con seguridad.
En tal sentido, el Director de la OIE, Bernard Vallat, fue categórico: “las discrepancias entre los sistemas de identificación nacional de animales vivos y de trazabilidad de productos de origen animal hacen difícil seguir estos productos a través de la cadena alimentaria a escala mundial. Los países en desarrollo corren el riesgo de perder el acceso a los mercados debido a las barreras comerciales que a veces se establecen como resultado de esas discrepancias”. Por eso, recomendó “prevenir esta situación haciendo que todos los países apliquen progresivamente las normas internacionales de la OIE y del Codex Alimentarius”.
Para que todos los países puedan estar en igualdad de condiciones, es decir un estándar, será necesario realizar inversiones en tecnología, capacitación, y difusión, lo que requerirá grandes sumas de dinero líquido. Y aquí, surgen las dudas: ¿Cómo harán los países pobres para acceder a tales créditos? ¿Podrán pagarlos? ¿Cuánto se encarecerán los alimentos y qué pasará con aquellos sectores sociales más vulnerables? Hoy por hoy, se calcula que hay 800 millones de personas sin seguridad alimentaria (sin acceso a los alimentos), y no queda claro aun que esta cifra no vaya a aumentar si es que los alimentos se encarecen.
Por otro lado, se debatió acerca de la necesidad de reforzar el puente entre identificación y trazabilidad de animales vivos y los productos de origen animal, así como también la consolidación de las funciones de los Servicios Veterinarios, utilizando la Herramienta para la Evaluación de las Prestaciones de los Servicios Veterinarios (PVS), cuyo fundamento legal son los requisitos del Código Terrestre de la OIE.
Vallat, muy contento con la realización y el desarrollo, señaló que esta Conferencia es “un paso adelante, desde la primera conferencia en 1998. En aquella oportunidad se discutió qué era la trazabilidad, y en esta directamente se habló de mejoras en la implementación”. De todos modos, señaló, “hay que seguir trabajando e investigando para mejorar aun más”.
La Conferencia fue financiada por el Gobierno Nacional, la Comisión Europea, y por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. En las instalaciones de La Rural, asistieron más de 500 personas del ámbito público y privado.