TARJETA ROJA PARA LOS EXPORTADORES DE CARNE

TARJETA ROJA PARA LOS EXPORTADORES DE CARNE
La medida significa un duro golpe a los embarques de carnes argentinas, que el año pasado ascendieron a 770.000 toneladas por un valor de US$ 1390 millones. De la prohibición sólo quedaron exceptuados los envíos de la cuota Hilton, un contingente de 28.000 toneladas de cortes de alta calidad con destino a la Unión Europea, valuados en unos US$ 200 millones. También fueron excluidas las ventas comprometidas en los convenios de país a país, como el caso de Venezuela. El resto de la producción de carne no podrá exportarse y deberá volcarse por decisión del Gobierno sólo al mercado interno, con el propósito de bajar los precios de los cortes de consumo masivo. En los cálculos oficiales, con la suspensión de las ventas externas se volcarían unas 600.000 toneladas de carne al mercado local, para abastecer una demanda que no afloja a causa del mayor poder adquisitivo de la población. El anuncio fue realizado anoche por la ministra de Economía, Felisa Miceli, acompañada por el secretario de Agricultura, Miguel Campos, en la Casa de Gobierno. Kirchner ya había anticipado por la tarde, en un acto en Avellaneda, duras medidas contra la industria frigorífica exportadora. “No nos interesa exportar a costa del hambre del pueblo”, dijo, y agregó: “Exporten, ganen, pero vendan la carne a los argentinos al precio que corresponde”. Aunque Miceli no dio precisiones sobre las resoluciones que deberán avalar la suspensión de las ventas externas por seis meses, consideró que la medida “es la mejor manera de cuidar el bolsillo de la gente” y que responde a “una necesidad de contener los precios internos de un producto que no sigue las reglas generales”, dijo. Más adelante, agregó: “Iremos monitoreando el desarrollo del mercado local de carnes para conocer cómo responde a estas medidas y para definir la reapertura de las exportaciones en el plazo estipulado”. Además, se anunció el incremento del 5 al 15% de las retenciones a la exportación de productos termoprocesados y carnes con hueso. La batalla contra la inflación en el rubro carnes que libra el Gobierno se topó con el hecho de que la oferta de ganado en el país y, por ende la de carnes, resulta insuficiente para abastecer tanto a la demanda interna –apuntalada por los mayores ingresos de la población–, como a las ventas externas, favorecidas por la salida de Brasil del mercado internacional a causa de la aftosa.

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