TAILANDIA: LA CRIA DE CERDOS UNA ACTIVIDAD TRADICIONAL

TAILANDIA: LA CRIA DE CERDOS UNA ACTIVIDAD TRADICIONAL

En Tailandia la cría de cerdos fue, y continúa siendo, una actividad tradicional de la economía rural. Su producción estuvo siempre ligada estrechamente al sustento de la población dedicada a otras tareas rurales tales como la producción de arroz y las actividades agrícolas en general, en un país donde solo el 21% de la población vive en centros urbanos.

Sin muchas variaciones, ese esquema se mantuvo hasta comienzos de la década de 1980. Por aquella época, el crecimiento económico que se operó en el país, alcanzó también a las regiones rurales provocando el estancamiento de la cría de cerdos para consumo directo en las granjas y chacras esparcidas por todo el país y dando origen a una nueva actividad agrícola: la cría de cerdos a escala industrial.

La cantidad de animales osciló con regularidad entre los 4 y 5 millones de cabezas durante el siglo pasado, niveles siempre afectados por la inestabilidad de los precios debido a la intromisión monopólica de los frigoríficos y mataderos y las enfermedades endémicas como la fiebre aftosa (FMD), siempre difíciles de controlar debido a la permeabilidad de las fronteras con Myanmar, Laos, Vietnam y Malasia.  El desarrollo económico, el aumento vertiginoso del turismo (que actualmente contribuye con el 5% al PBN) y el mayor ingreso de la población ocurrido en las últimas décadas, promovió la multiplicación de las unidades de explotación industrial. Esta actividad se expandió rápidamente por el centro y este de Tailandia, áreas que son las cercanas a Bangkok, la capital del país y el mayor centro consumidor con sus 7 millones de habitantes.

De esta manera, la producción de carne de cerdo alcanzó a satisfacer las demandas del consumo interno de 63 millones de habitantes, dejando un muy pequeño excedente para la exportación.

 

Un panorama creciente

 

Un caso típico de este fenómeno es “Double SS”, una cabaña de mediana dimensión dedicada a la cría de cerdos pero eficientemente administrada por su propietario,

 Surachai Sutthitham, también activo presidente de la Asociación de Criadores de Cerdos de Tailandia SRAT (Swine Raisers Association of Thailand). Con su plantel de casi 500 hembras de cría, al que ha incorporado recientemente un macho Durok importado de Dinamarca, Sutthitham nos comenta que ha obtenido sus hembras de la cruza de Landrace y Large White logrando potencializar las mayores fortalezas de cada una de esas razas.  En extensas conversaciones mantenidas en su cabaña, ubicada en Ban Bueng, a unos 120 km al Este de Bangkok, Sutthitham aportó interesantes informaciones sobre las características de esta explotación en su país. Las primeras importaciones de animales vivos para cría se realizaron a mediados de la década de 1970 con ejemplares traídos del Reino Unido y Estados Unidos. Fueron principalmente de las razas Landrace, la más popular y Large White. Con razones fundadas en estos orígenes, los empresarios del sector continuaron ligados a los proveedores británicos y en menor medida a otros proveedores europeos.

Hace un par de años, en marzo de 2005, fue firmado un Memorándum de Entendimiento entre la British Pig Association y su similar tailandesa, SRAT, con el objeto de estrechar los lazos entre ambas instituciones.  La Asociación tailandesa esta empeñada en alcanzar diversos objetivos. Uno de ellos es lograr un aumento en el consumo per capita de carne de cerdo. El nivel actual es de 13,9 kilogramos anuales por habitantes y Sutthitham confía en elevarlo a 15,0 kilogramos. Para lograrlo los criadores de cerdos cuentan con 800.000 hembras de cría (sows), destinan 16 millones de cabezas anuales a la industria, mantiene un ritmo de faena de 43.800 cabezas diarias y un stock de casi 17 millones de cabezas. Los últimos datos disponibles indican que había 16,76 millones en 2003, 16,54 millones en 2002, y 15,44 millones en 1999.  En cuanto al tamaño de las unidades de cría, el 50% esta compuesto por 10 grandes compañías integradas, el 35% en granjas medianas y grandes y el 15% por granjas menores que atienden demandas locales.

El panorama consumidor tiene algunos niveles de complejidad. Por un lado, en una sociedad de ingresos crecientes, los consumidores han comenzado también a mostrar preferencias por la carne vacuna. Por otro lado está pendiente la amenaza de la fiebre aviar que arroja esporádicamente sombras sobre el mercado de la carne de cerdo y provoca temporarios desplazamientos de la demanda hacia otras carnes sustitutivas. Sobre este particular, el Gobierno de Bangkok enfatiza las acciones recomendadas por la Oficina Internacional de Epizootias (OIE), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de Alimentos y Agricultura de las Naciones Unidas (FAO) en el sentido de mantener separadas las explotaciones dedicadas a las aves y a los cerdos. La industria esta orientada principalmente a atender las demandas del mercado interno. Algunos valores de referencia indican que los precios del kilo vivo de carne de cerdo en Bangkok son de 1,10 dólares, siendo mas bajo que Selangor, Malasia, (1,32 dólares), Taipei, Taiwán (1,70) o Tokio, Japón, (3,00). Los precios del mercado al público consumidor oscilan entre 2,09 y 2,21 dólares el kilogramo, frente a valores como 2,40 en Manila, 3,77 en Tokio y 4,00 en Tapei.

 El sector externo

 Las exportaciones de animales vivos y carne de cerdo han sido siempre reducidas cantidades a Hong Kong y Singapur y las ventas totales a todo destino no superan las 15.000 toneladas.   En el caso de Singapur, se exportaban animales vivos hasta que la vecina Malasia se convirtió en un fuerte competidor. Luego fue el turno de las ventas de carne de cerdo cocida que se iniciaron a partir de la firma de un acuerdo con aquel país en septiembre de 2003.  En su oportunidad las exportaciones a Hong Kong fueron interrumpidas en 1998 luego que fueron encontradas evidencias de salbutamol en los envíos de carne porcina congelada de Tailandia. La demanda fue cubierta por embarques provenientes de Brasil que ocupó una porción interesante del mercado.

Para lograr un mejor y mayor acceso a los mercados de la región, Tailandia debería mejorar sustancialmente las condiciones de sanidad de los frigoríficos y mataderos y lograr un control estricto sobre la enfermedad de la fiebre aftosa y el control sanitario de las fronteras, algo que por el momento, parece muy difícil de lograr.  De los más de 3.000 establecimientos de cría y granjas, de los cuales más de 1.000 están integrados en la SRAT, solo 100 alcanzan los niveles de calidad e higiene exigidos por la autoridad tailandesa correspondiente.

Otro objetivo de la SRAT son las acciones para concientizar a los criadores sobre la importancia de mejores y mayores medidas sanitarias e higiene en sus establecimientos. Surachai Sutthitham informó que las gestiones ante el Banco de la Pequeña y Mediana Empresa de Tailandia permitieron acceder a líneas de créditos por un monto total de 140.000 dólares para dedicarlos a ese fin.

Los empresarios del sector enfrentan ahora diversos desafíos. Por un lado está el ya mencionado tema sanitario, con enfermedades como la fiebre aftosa, el bajo nivel de higiene tanto de los establecimientos de cría como en los mataderos y frigoríficos, el bajo nivel de innovación que se mantiene en las granjas y en explotaciones rurales apartadas, el bajo nivel de transferencia tecnológica, la incertidumbre en la provisión de granos de maíz y alimentos balanceados junto con variaciones en los precios y la escasez en los aprovisionamientos.

Mientras tanto, los investigadores de las Universidades de Chulalongkorn y Mahidol continúan dedicados al estudio de la inseminación artificial, siguiendo los métodos utilizados en Estados Unidos, Suecia y Australia. La investigación esta dirigida al manejo del semen congelado con la utilización de “solo” 500 millones de células comparado con las 2 a 3 millones de células requeridas en la inseminación artificial realizadas en las propias granjas.

 Expectativas comerciales.

Tailandia siempre deja una fuerte impresión en los visitantes. Por su rica cultura, por sus exuberantes bellezas naturales, por su exquisita culinaria, por la simpatía y hospitalidad de sus habitantes. Pero es también destacable el notable progreso económico de este país situado a 13 grados al Norte del Ecuador. Entre 1985 y 1995 creció a una tasa promedio del 9% anual, logrando así un extenso desarrollo. Luego de la crisis financiera asiática de 1997, el país se recuperó lentamente hasta alcanzar los 586 mil millones de dólares de PBN actual y lograr un ingreso per capita anual de 9.000 dólares.  Con un área de 514.000 km2, casi un quinto del territorio argentino, con 28% de la superficie apta para el cultivo, el antiguo reino de Siam exporta mas de 105.000 millones de dólares (2006), principalmente arroz (es el primer exportador mundial 6,5 millones de toneladas), además de textiles, calzados y diversos productos agrícolas e industriales. 

Alimentos balanceados, productos y servicios veterinarios, conocimientos en la administración de los establecimientos de cría, equipos y tecnología modernos, son los temas mas importantes que los productores porcinos demandan del exterior. Estos fueron y continúan siendo los rubros más demandados desde la época de la expansión de las unidades de explotación industrial.  En su oportunidad los mismos fueron provistos por firmas británicas y por laboratorios y empresas multinacionales que comercializan granos y alimentos para ganados. En la actualidad los empresarios tailandeses comienzan a mostrarse interesados por otras alternativas de suministro y asistencia.

Estas necesidades se mantendrán con más vigor en el futuro cercano. A ellos se agrega la creciente preocupación y la enorme limitación para la mayor expansión del sector, la falta de higiene, cumplimiento de las normas de sanidad y la precariedad de los mataderos y establecimientos de procesamientos de carne porcina. Otro tanto ocurre con las enfermedades virósicas como la fiebre aftosa.  La industria del cerdo en Tailandia esta ahora focalizada en el cumplimiento de las normas de higiene y sanidad. El Gobierno y las organizaciones del sector productor, como la SRAT, e industrial están realizando un importante esfuerzo por alcanzar ese objetivo.  Las características del mercado argentino son, en muchos aspectos, distintas a las mencionadas en esta nota. La producción de carne de cerdo fue de 287 mil toneladas en 2006, con una alta proporción destinada a la producción de embutidos, con un consumo aparente de 7,4 kg. de habitante/año, importaciones de 27.000 toneladas y exportaciones de sólo 2.000 toneladas.

Por ese mismo motivo, pareciera haber muchos puntos de posible intercambio de experiencias y complementación entre las asociaciones de ambos países que agrupan los intereses de los criadores e industriales porcinos además de laboratorios y centros de investigación.  Lo más importante a tener en cuenta es el enorme potencial que posee el mercado asiático y la similitud existente entre el mercado tailandés y los de Vietnam, Malasia, Indonesia y otros países del Sudeste Asiático.

 Por Carlos A. Fasciolo

* El autor es Diplomático, Economista, PhD en Relaciones Internacionales, en Seúl, Corea.

Fuente:Tiempo Agropecuario

 

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