SOLO AVES & PORCINOS EDICION Nº 23: ENTREVISTA ROBERTO DOMENECH:“EL POLLO ESTA SUFRIENDO UNA TRANSFE
Por Roberto Díaz*
- ¿Cómo arrancó el año el sector avícola y cómo esperan que evolucione a lo largo de 2010?
- El año empezó con un crecimiento de producción del 7% en el mes de enero y estimamos que se va a mantener en esa tónica en el mes de febrero (aún no tenemos datos concretos). Las exportaciones ya están bien recuperadas desde finales de 2009 y, como es normal, enero fue un mes en el que las ventas cayeron a causa del traslado de las personas por ser época de turismo. De todos modos, es un momento que se aprovecha para guardar un poco de pollo.
Más allá de esto, sobre el final de enero el calor hizo estragos con los pesos de las aves, e incluso con algunas mortandades importantes. Durante todo febrero, la falta de peso continuó, y recién a mediados de marzo –y luego de temperaturas agradables de 24 -25º -los pesajes aparecen recuperados. O sea que, más allá de lo que ganamos en unidades de producción, en tonelaje estamos en producciones muy parecidas al año pasado.
De todos modos, a lo largo del año vamos a tener un crecimiento que va a rondar o superar el 7%.
En este momento se suman dos demandas muy fuertes, que es la internacional (que está muy sostenida), y la del mercado interno, que no está aumentando el consumo sino sufriendo una transferencia de consumo, que se va a mantener mientras la carne bovina siga así. Nosotros podemos estar preparados para responder a un crecimiento de 1,5 kilos per cápita al año, que es como está programado, y con capacidad de sostener 3-3,5 kilos de demanda. Pero, por las señales que estamos viendo en el mercado por la forma en que todos los días se agota la mercadería que ofrecemos, es claro que estamos ante una transferencia de consumo que esperamos satisfacerla de la mejor manera posible, sin necesidad de resentir las exportaciones, ya que es algo en lo que se viene trabajando hace más de 10 años.
- ¿Y si el aumento del consumo es mayor del que se supone, debido a lo que está ocurriendo con la carne bovina, ustedes están preparados para sostener esa demanda inesperada?
- Sí, siempre y cuando esté ajustada a nuestro crecimiento de 7,5 % que es parte de esta nueva nuestra etapa que empezamos a recorrer y que abarca desde 2010 al 2017. Si nos toca un consumo de 2,5 kilos per cápita de aumento de consumo significa que estamos hablando de 120 mil toneladas de aumento. Cuando hablábamos de 1,5 kilos por persona, pensábamos en aumentar 60 mil toneladas en el mercado interno, lo que significaba aumentar 1,5 kilos en 40 millones de habitantes. Ese escenario, nos propondría aumentar considerablemente nuestra oferta al mercado interno, y eso significaría que las exportaciones no se caerían pero no crecerían todo lo que estaba previsto. Esto es algo normal, porque no se trata sólo de decir “yo quiero producir 2 o 3 kilos más de pollo este año”. Producir esa cantidad, implica que hay que construir 1 millón de metros cuadrados para criar esos pollos, hay que poner reproductoras, y realizar todo un trabajo previo que se viene realizando año a año.
- ¿Y en cuanto a la evolución de los precios?
- Nosotros tenemos una parte de pollo que está compensado, y que tiene un precio acordado, por lo que estamos obligados a respetar. Por otra parte, tenemos una buena cantidad de pollo no compensado y que funciona dentro de un mercado de precios monitoreados. En este momento, cualquiera de los pollos, se agota. Y no es que la gente descubrió de un momento a otro que hay que comer pollo; esto viene del problema de la carne bovina. Además, el pollo ha quedado a un valor, en algunos casos, a una relación de 6 a 1 (el kilo de carne contra el de pollo) en los productos compensados. Y en los productos no compensados, la relación sigue siendo favorable: de 3 a 1. Es decir, tenemos un valor promedio de 30 pesos el kilo, contra un promedio de 10. Hoy primero la gente va a ver si hay pollo y una vez que se abasteció se fija si hay carne.
- ¿Cómo han recibido ustedes el cambio en la línea estratégica del Banco Central ? ¿Les dará posibilidades a los sectores productivos de obtener mejores condiciones crediticias?
- Bueno, nosotros desde hace muchos años venimos sosteniendo que sin un buen crédito que financie la inversión, lamentablemente no hay forma de sostener los crecimientos, porque si yo tengo que invertir en base a lo que obtengo del precio al que vendo el pollo, quizás no tenga problemas para comprar una camioneta. La historia cambia cuando necesito construir 40 o 50 galpones: si tengo que trasladar eso al precio del pollo es una barbaridad. O sea que, en este sentido, nosotros apoyamos todo lo que tenga que ver con una proyección de créditos que favorezcan la inversión (sin abandonar los créditos para el consumo, que son importantes). Si hoy analizamos, el 90% de todo el circuito financiero se destina al consumo y no hay créditos importantes con la inversión, o incluso con sectores que tengan que ver con la producción intensiva, como lo es el nuestro, en donde la inversión es permanente y está a la par del crecimiento.
- ¿Esto implica que podrán acceder a mejores créditos?
- En alguna medida, nosotros gozamos de buenas condiciones de créditos, sobre todo de Banco Nación y del BICE, y después algunas empresas tienen sus canales de crédito con la banca privada para lo que tiene que ver con pre-financiación de exportaciones. Lo que sí, estos créditos no son lo suficientemente ágiles, y hay un problema serio y que dificulta el otorgamiento del crédito y la vocación de pedirlos: esto es, el problema de las garantías. Estas son normas que caben en un análisis profundo sobre cómo deben poder otorgarse, porque actualmente para acceder a un crédito superior a los 5-6 años y de montos que no son muy importantes (por ejemplo, 3 millones de dólares), exigen garantías en el orden del 200% sobre bienes muy específicos (generalmente sobre tierras). Entonces, esto es un problema, porque hay que valorizar dos veces el crédito que se está pidiendo para tener un plazo de 7 años para pagarlo.
De todos modos, han salido créditos importantes en esa línea para algunas empresas, que han permitido la ampliación de frigoríficos, cámaras de frío o de lo que fuere. Pero, repito, el crédito es muy escaso y lento, y esto hace que haya momentos en que haya más vocación por tomarlos, y otros en donde se prefiere esperar y manejarse con lo que se tiene.
Sin duda, todavía faltan definiciones importantes en materia de créditos. Teníamos esperanzas con el Banco de Desarrollo, pero en este sentido la Presidenta ha sido muy clara y por ahora no va a estar. Sin embargo, esto no quita que no se estimule más al Banco Nación o al BICE.
En este momento, nosotros hemos recibido un pedido por parte de la Ministra de la Producción, Debora Giorgi, que nos invita a señalar todas las inversiones previstas por el sector para el año 2010, detallado por cada empresa. Entonces, tuvimos que identificar los cuellos de botellas para poder producir más. Hemos estado reunidos y sabemos que hay un fuerte compromiso por parte de las autoridades para que nuestro sector tenga un crecimiento fuerte, vertiginoso.
-¿Y ustedes qué señalaron como cuellos de botella?
- Justamente la inversión. Nosotros tenemos que seguir haciendo galpones, poner más incubadoras, ampliar las plantas de faena. Nuestra situación en ese sentido es muy lineal para encarar las inversiones.
- Usted señalaba que la exportación estaba muy sostenida. ¿Hay nuevos destinos o hubo un aumento en los mismos destinos?
- En general mantenemos los mismos destinos. Han caído un poco en relación a Europa: la pechuga está un poco resentida en este momento. Vemos que en tonelajes la demanda no es sostenida. Sí ha crecido mucho, en cambio, el Sudeste Asiático, y muy fuerte todo Medio Oriente. Allí estamos destinando mucha producción.
También hemos reestablecido con mucha intensidad todas las exportaciones hacia Venezuela. Con ellos firmamos un contrato con uno de los compradores más importantes que no estábamos atendiendo. Hoy le estamos despachando 4 mil toneladas mensuales, además de las otras 4 mil que ya estábamos vendiendo. Yo diría que con esas operaciones el crecimiento de este año está totalmente cubierto y pienso que hasta podemos llegar a tener comprometidas algunas exportaciones, hasta tanto y en cuanto la caída de la oferta de carne no tienda a por lo menos recuperarse un poquito.
- ¿Y con el precio de los granos? ¿Cómo cree que puede afectarlos?
- El precio de los granos más o menos están en valores posibles para el sector. Cuando las cosas están bastante parejas en cuanto a demanda y oferta, cuando se mueven los costos, se mueven los precios. Por eso, una cosa es el mercado interno en donde tenemos precios acordados o monitoreados; y otra muy distinta el internacional, en donde los dos grandes jugadores son Estados Unidos y Brasil. Mientras Brasil tenga apreciado el Real, nosotros vamos detrás de los precios de ellos.
El precio de los cereales, tanto sea la soja y maíz, así como el sorgo que son los principales insumos, en la medida en que los precios sean favorables se alienta a la siembra, lo que nos garantiza un abastecimiento fluido y un canal de exportación que puede funcionar. Entramos en un círculo virtuoso ¿no?
Periodista de Red Alimentaria*