REVISTA AMERICARNE Nº104: ENTREVISTA A DANIEL URCIA, DIRECTOR EJECUTIVO DE FIFRA
Por Gastón Guido
La Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA) nuclea a unas 60 industrias de las provincias de Córdoba, Santa Fe, Santiago del Estero, Catamarca, Entre Ríos y Chaco que en su conjunto faenan anualmente unas 3,5 millones de cabezas bovinas (un tercio del volumen nacional) y 2,5 millones de cabezas porcinas, produciendo unos 100 millones de kilos de alimentos terminados (chacinados y fiambres), dando trabajo a unos 10.000 trabajadores y exportando de un 5 a un 6% de su producción.
Para Daniel Urcía, director ejecutivo de la entidad, 2014 terminará con una faena un 5% por debajo de 2013, pero con una producción de carne de un 8 a 9% superior, con una mayor participación de las hembras en la faena. “Si bien esto no implicaría directamente que estemos ingresando en un período de liquidación, sí es una luz amarilla que indica una desaceleración del ciclo de retención de hacienda que comenzó por 2011. Son señales de que la ganadería no es un negocio tan apetecible como años atrás. Porque a raíz del contexto económico general hay una faena de animales más livianos por la caída de las exportaciones del 5 al 6%, por menor producción de novillos pesados. En general esta es la tendencia de la producción ganadera que hace que haya un animal con menos cantidad de kilos, tanto para el consumo como para la exportación”, explica.
A- ¿Por qué falta inversión en el sector ganadero?
D U- Lo que marca la actitud de los productores es la situación económica general que en un contexto de volatilidad lleva a hacer la plancha y esperar. Eso hace que los números de los últimos 2 a 3 años se mantengan medianamente estables. Por eso un 44% de hembras en la faena total marca que la producción ganadera se va a mantener sin aumentar el stock. El sector tiene mucho para mejorar en cuanto a eficiencia en la producción de kilos, pero para eso hacen falta inversiones. Eso trae aparejado un par de meses de retención para producir más carne vacuna, con una buena recría que es el eslabón más deficitario de la producción vacuna, desde el destete hasta la entrada a los feedlots.
A - ¿Cómo juega esta deficiencia de la recría con la posibilidad de exportar a través de la cuota 481?
D U- Justamente este es el gran problema que tiene el país para aprovecharla. Y también que los animales provengan de campos trazados, inscriptos para ese destino. El novillo que va a feedlot para cuota 481 tiene que provenir de un campo apto para la Unión Europea (UE), para entrar en los corrales de engorde que estén inscriptos en el subregistro feedlot para la UE. Y además debe ser un animal de características especiales. Tiene que llegar al kilaje con menos de 2 años, con lo cual debe tener una buena recría porque no se puede ingresar al feedlot con 160/180 kilos sino que tiene que entrar con 300/320 kg para que los 100 o más kilos que se agreguen a corral hagan que salga un animal de más de 400 kg.
A -¿Y cómo se soluciona este cuello de botella?
D U- Si el productor no tiene claro si el frigorífico le va a retirar los animales en la fecha programada porque pueda o no exportar, eso va a atentar contra la producción de ese animal pesado con destino de exportación. Los animales en debidas condiciones por peso y campos habilitados cayó bastante. Hay que generar políticas de largo plazo para la actividad.
A -¿El sector sigue apostando solo al consumo interno? ¿Es inviable la exportación?
D U-El consumo interno sostuvo el negocio, como ha sido históricamente. Sucede que en el mercado doméstico argentino hay asimetrías que una política de ganados y carnes con proyección a largo plazo debería corregir. No se puede tener ganado, campos y frigoríficos habilitados para exportación con diferentes exigencias de las que se tienen para el mercado interno. Esto genera una debilidad muy grande a la cadena. Si solo el 10% del rodeo es apto para exportar, no se puede integrar. Menos del 10% de los frigoríficos son aptos para exportar. Actualmente el 90% del rodeo y la industria solo pueden vender en el mercado interno. Pero antes de habilitar exportaciones hay que corregir la base.
A -¿A qué se refiere?
D U- A qué solo por habilitar exportaciones no se mejorá la exportación. Se puede tener una exportación restringida privilegiando el mercado interno y empezar a trabajar para modificar la proyección, cosa que no se ha hecho. La Argentina hoy sigue teniendo mataderos municipales, cooperativas de trabajo y mataderos provinciales y algunos con certificación del SENASA con condiciones higiénico sanitarias muy deficientes.
A -¿Qué consecuencias provoca esta situación?
D U- Que a raíz de este contexto hay muchos campos productores que se están bajando de ser exportadores para la UE, porque no le ven el negocio ni proyección por el contexto general de la economía y las restricciones de exportaciones. Hay malos asesores que solo miran el muy corto plazo y desaniman a quienes están inscriptos y se bajan por no mirar a más largo plazo. Son aspectos difíciles de cuantificar y que cuando cambien el contexto llevará mucho tiempo restablecer.
A -¿Cómo debería revertirse esta situación?
Una política de ganados y carnes debería empezar por pequeñas cosas que son la base de la pirámide. El vértice superior es llegar a exportar e integrar exportación y consumo. Pero para llegar a eso hay no menos de 5 años de trabajo para mejorar toda la cadena.
A -¿Qué desempeño tuvo la exportación en 2014?
D U-Si bien 2014 comparado con 2013 tuvo volúmenes exportables similares, es bastante poco comparado con la participación histórica de la producción en las exportaciones de carne argentinas.
Cuando se compara con el precio del mercado interno, el tipo de cambio, con la retención del 15% que tienen las exportaciones de carne, lo que queda con precio competitivo para la exportación son solo los cortes de alta calidad a la UE o de baja calidad (garrón, brazuelo) con destino a Rusia o China.
A -¿Y qué pasó con el cerdo?
D U- Es el elemento a sobrellevar esta situación. La crisis bovina significó una posibilidad para el cerdo, que en la Argentina siempre estuvo relegado. La faena de cerdos ha crecido. Inclusive muchas plantas que hacían solo faena de bovinos han ampliado sus instalaciones para faenar cerdos. Fábricas que solo vendían chacinados han sumado la venta de cortes frescos de cerdo, integrándose y ampliando su volumen de comercialización. A nivel de faena de cerdo se ha incrementado en un tercio, comparado con los últimos 2 años. La reducción del stock bovino más la muy buena rentabilidad de la producción porcina de los últimos 10 años han provocado que muchos productores se hayan volcado al porcino y también otros actores de la economía hayan invertido en montar criaderos, y que los existentes se hayan ampliado. Esto ha derivado en un producto que para el consumidor está siendo más competitivo que el bovino pero debería serlo aún más, ya que el porcino tiene 21% de IVA contra el 10,5% del vacuno. Con esa reducción impositiva el corte porcino debería ser más barato. Cambiar esto sería un resorte del Estado que, considerando un consumo de 12 kg/hab/año de carne de cerdo no tendría un impacto fiscal que lo perjudique. En la medida que hay más cortes porcinos en oferta, el consumidor lo ha aceptado y aprueba más un cerdo más magro.
A -¿Qué fortalezas y debilidades tiene la actividad actualmente?
D U- Las fortalezas que tiene el sector, pensado en el mercado global, es que el producto argentino es reconocido internacionalmente. La llegada del producto al consumidor en el mundo es una debilidad de la cadena. La logística no está aceitada. Hemos incumplido muchas veces y así no logramos los precios que corresponden, porque nos penalizan. Podríamos tener un precio diferencial pero tenemos una fama que nos juega en contra. Mientras tanto, el mercado interno se ve favorecido por el consumo doméstico y su natural demanda.
A-¿Cómo será el 2015?
D U -No será un año de mayores cambios respecto de 2014/13. El gran desafío de 2015 de la cadena bovina será aumentar los kilos de faena y carne producida. Hay que crecer en eficiencia y producción de kilos. Con la misma cantidad de vacas debemos ser más eficientes en la producción de terneros y aumentar la cantidad de kilos de esos animales. Por otro lado, continuará creciendo la producción y consumo de cerdo, lo que es muy bueno. Con 5 kilos de consumo por habitante por año que el cerdo sustituya al vacuno, habrá 200 mil toneladas más de carne vacuna para exportar. Además, la mayor producción de carne porcina genera mayor transformación de granos en carne, desarrolla mayor valor agregado en origen, arraigo rural y evita migraciones a las grandes ciudades.
Periodista