REPUBLICA DOMINICANA: PLANTA PARA CARNE CERTIFICADA EN CCN

REPUBLICA DOMINICANA: PLANTA PARA CARNE CERTIFICADA EN CCN
El objetivo está dirigido a conseguir una clasificación de carne certificada con requerimientos y estándares similares a los que existen en otras naciones desarrolladas del mundo.
 
De ahí que los ejecutivos de CCN dejaron claramente establecido el control que tienen sobre el producto que ofertan cada día al público, desde el momento mismo que nace la cría.
 
“Incursionar en Agro CCN es lo mismo que incursionar en el área agropecuaria nacional.
 
La empresa se formó vía una alianza estratégica con el Central Romana y los ganaderos, iniciada hace un año para ofrecer al público un producto controlado desde su origen hasta el consumo final”, dijo el presidente de Centro Cuesta, José Miguel González, 15 minutos después de recibir a periodistas de distintos medios de comunicación en las instalaciones de la planta, ubicada en Higüeral, La Romana.
 
El centro de procesamiento y distribución de carne fue diseñado en conjunto con una empresa brasileña con vasta experiencia en la producción de salas de faenamiento de 5,000 animales por día.
Cuenta con tecnología alemana, de Estados Unidos, Holanda, España y otras naciones.
 
En las 800 mil libras que produce anualmente están incluidas 70 mil de ternera, 10 mil de chivo, además de las salchichas frescas y otros embutidos procesados, de acuerdo a los numeritos que maneja José Alejandro López, gerente general de carnes de CCN.
 
Como si se tratara de una tenaz persecución –según las explicaciones ofrecidas a El Caribe- la empresa procura estar al tanto del proceso que atraviesa el ganado que compra, hasta que llega a las bandejas del supermercado Jumbo, Nacional u otro de su cadena.
 
De manera concreta, se observa el tipo de explotación ganadera (buenas prácticas). Es decir, la parte de vacunación y los controles fitosanitarios.
 
“Buscamos comunicación muy cercana, en la cual podamos decir a los ganaderos: nosotros deshuesamos su animal (el comprado) y encontramos que tenía mucho hueso, mucha proporción del trasero o delantero, o el cruce que usted hizo de tal o cual raza tiene equis beneficios o desventajas (…).
 
La idea es retroalimentar todo lo que hacemos para que el ganadero siga trabajando con nosotros, vendiéndonos”, apuntó el gerente de carnes.
 
CUIDADO EXTREMO. Cuchillo en mano y otros utensilios; con botas y traje blanco, más un delantal amarillo, unos 50 empleados tienen la misión en la planta de procesamiento de realizar el mejor corte o deshuese de los animales sacrificados y de no echar a perder el proceso de 5 ó 6 años que implica producir un tipo de animal con todas las condiciones de salubridad y carne para comercializarlo.
 
Antes de acceder a las áreas de deshuese, casero (gourmet) o de lácteos, todas las personas -incluyendo los ejecutivos y empleados- deben agotar un proceso de desinfección de zapatos y manos varias veces.
 
Es como si todos parecieran médicos con sus uniformes y gorros de color blanco transparente.
 
 

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