Nuevas tecnologías para tratar y dar valor agregado a los residuos ganaderos
Argentina participa, junto a 7 países de la Unión Europea, de un proyecto para obtener fertilizantes inorgánicos y bioestimulantes vegetales a partir de estiércoles, los cuales pueden reemplazar a los de origen mineral y generar así un modelo de economía circular sostenible.
Por: Diana Crespo, María Eugenia Beily yPatricia Bres. Laboratorio de Transformación de los Residuos, Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola (IMYZA) – CICVyA - INTA Castelar
Fotos: @fertimanure
En un mundo en el que la población aumenta y cambia constantemente, la producción de proteínas animales de alta calidad y costo accesible son un reto que involucra a productores, consumidores, industria y autoridades de contralor. En la Argentina, estas producciones se están intensificando año tras año para intentar cerrar anualmente con rentabilidad positiva. Sin embargo, la productividad y rentabilidad de estas granjas se puede alterar si existen trastornos fisiológicos y/o enfermedades entre los animales. Por eso, sólo una planificación que incluya un manejo integral de la nutrición, sanidad, bienestar animal, control de plagas sinantrópicas y la gestión de los residuos y efluentes, pueden minimizar los riegos de enfermedades, reducir el uso de medicación veterinaria (antibióticos, antiparasitarios, etc.), aumentar la productividad, reducir las contaminaciones puntuales por excesos de carga orgánica y reducir el impacto de plagas, garantizando así beneficios sostenibles en estos modelos de granjas.
La producción avícola en la Argentina genera como principales residuos el guano de aves y la cama de pollos parrilleros, siendo en promedio un total de 1.400.000 Tn de guano y 3.600.000 Tn de cama de pollo anualmente, los cuales se distribuyen mayoritariamente en las provincias de Buenos Aires y Entre Ríos. Por su lado, la producción porcina genera aproximadamente al año un total de 9.000.000 Tn de purín, distribuido principalmente entre Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.
Desde hace varios años distintos organismos nacionales y provinciales vienen alertando que la disposición final sobre suelos de uso agrícola no es una práctica segura ni aceptable. En los últimos 20 años, en la Argentina se promueven, entre otras, a la digestión anaeróbica y al compostaje como dos tecnologías que contribuyen a la transformación de los efluentes y residuos en pos de reducir su impacto sobre el ambiente.
Ambas tecnologías permiten obtener productos que generan valor agregado. La digestión anaeróbica permite obtener un efluente gaseoso llamado biogás y un efluente semilíquido llamado digerido. Debido a sus características, el digerido puede ser aplicado en agricultura bajo el cumplimiento de los requisitos y condiciones mínimas de calidad del mismo (RESOL-2019-19-APN-SGAYDS#SGP). En el caso del compostaje, se genera una enmienda óptima para suelos y/o producción de sustratos para plantines (Normativa Conjunta 01/19).
Pero éstas no son las únicas tecnologías. La Unión Europea (UE) está trabajando, desde hace varios años, en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y corregir los excesos de nutrientes para controlar la contaminación actual. La idea de trabajar en la estrategia Farm to fork (de la granja a la mesa) tiene como objetivo hacer que los sistemas ganaderos de la Unión Europea (UE) sean en el mediano plazo más eficientes y sostenibles. En el proyecto FERTIMANURE participan 7 países de la UE (España, Francia, Países Bajos, Italia, Francia, Bélgica y Croacia) y 2 países de la CELAC (Chile y Argentina), para brindar soluciones innovadoras (tecnología, productos finales y modelo de negocios) que resuelvan a los productores el problema que generan los residuos y efluentes ganaderos.
El FERTIMANURE se inició en el año 2020 y finalizará en 2023. En la UE se están construyendo 5 plantas piloto modelo para obtener fertilizantes inorgánicos y bioestimulantes vegetales a partir de los estiércoles. Los estiércoles poseen moléculas valiosas que se pueden recuperar y utilizar agronómicamente, evitando la contaminación. Los fertilizantes que se obtendrán se denominan BBF y TMF y serán confiables y seguros, se obtendrán a partir de fuentes renovables (Figura 1). Los nutrientes recuperados de los estiércoles como fertilizantes, se denominan BBF (fertilizantes de base biológica) y se obtienen de tecnologías innovadoras para el tratamiento de purines y estiércol de animales, directamente en la granja. Los TMF son fertilizantes a medida, es decir formulaciones de fertilizantes personalizados adaptados a las necesidades específicas del cultivo / suelo. Se obtendrán 16 diferentes tipos de fertilizantes biológicos que serán probados y evaluados en distintos cultivos. Estos BBF y TMF pueden reemplazar perfectamente a los fertilizantes de origen mineral obtenidos a partir de la roca fosfórica y del gas natural.
El proyecto FERTIMANURE contribuye a la reducción de los impactos ambientales derivados de las emisiones y a la dispersión de nutrientes presentes en los flujos de residuos y/o de la producción de fertilizantes obtenidos a partir de fuentes fósiles. También se pretende alentar nuevas políticas e iniciativas sobre el reciclado de nutrientes y la gestión de estiércoles. A largo plazo, contribuirá al desarrollo de nuevos modelos de negocios que sean sinérgicos con otros sectores económicos y, por lo tanto, crearán riqueza y empleos de alta calidad en las zonas rurales, generando un modelo de economía circular sostenible. Argentina, está colaborando y aprendiendo de estos modelos tecnológicos y de gestión para el beneficio de los productores argentinos.
Más información:
crespo.diana@inta.gob.ar