LOS ARGENTINOS COMEN 66 KG. DE CARNE AL AÑO
El precio de venta al público de la carne vacuna aumentó un 12,5 por ciento en 2004 respecto al año anterior, pero el consumo interno creció en el mismo período un 6,7 por ciento con relación a 2003 y alcanzó los 66,1 kilogramos por habitante/año, según un informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes de la República Argentina (CICCRA), del cual ya anticipáramos algunos detalles. Para la entidad que preside Miguel Schiaritti, el comportamiento del mercado interno, que demandó 2.469 millones de toneladas (peso res con hueso) equivalentes al 82,4 por ciento de una producción nacional (2.988 millones de toneladas) se explica porque la suba de los precios minoristas fue acompañada, en la misma etapa, por un aumento del 8,7 por ciento en el "salario formal" de la población. Sin embargo, en su informe de febrero, la CICCRA advirtió que la relación podría modificarse en 2005 si se comprueba que el incremento de la producción del año pasado, en que se faenaron 14,1 millones de cabezas, un 12,7 más que en 2003, se basó en una liquidación de las existencia ganaderas. "En los primeros once meses de 2004, las hembras tuvieron una participación de 46,3 por ciento en la faena tipificada", lo que demostraría un proceso de liquidación similar al de 1996, según la comunicación de la Cámara que agrupa básicamente a los frigoríficos "consumeros" que atienden el mercado interno. El otro factor que atenta contra la actual relación precio-consumo es la "continua ampliación del acceso a los mercados internacionales para las carnes argentinas" por mejora del estatus sanitario --el país fue reconocido como libre de aftosa con vacunación por la Organización internacional de Epizootias (OIE)-- y mayor demanda del mercado mundial. Al respecto, el informe menciona la reciente apertura del mercado de China y el regreso, esperado para fines de 2005, de las ventas a Estados Unidos con la "cuota americana" de 20 mil toneladas, a lo que cabe sumar la reapertura de Chile, en agosto de 2004, y el inicio inminente de envíos a Malasia como los factores que harán "subir sensiblemente los precios internos" en los próximos meses con una previsible contracción de la demanda. La proyección de CICCRA desnuda una de las preocupaciones de ganaderos e industriales, integrantes de la cadena de la carne, temerosos de que un aumento del producto en el mercado interno pueda impulsar a las autoridades a gravar las exportaciones cárnicas con "retenciones" similares a las aplicadas a los granos. La posibilidad fue desechada en reiteradas ocasiones por los funcionarios del sector, pero las dudas persisten y algunos especulan con que "el temor al aumento del precio interno de la carne" demora las gestiones oficiales para la reapertura de mercado atractivos como el estadounidense. Este razonamiento también encontró su replica oficial cuando, al informar sobre las negociaciones con China, que culminaron con la apertura del mercado oriental para las carnes y otros agroalimentos argentinos, el presidente del Senasa, Jorge Amaya, aseguró que en las conversaciones con Estados Unidos "no hay dilaciones ni demoras; sólo esperamos la respuesta a nuestro pedido de informes para seguir avanzando". Más kilos. Como alternativa para que el éxito en el comercio exterior no se convierta en una desdicha para el mercado interno, CICCRA insistió con su propuesta de aumentar 1 kilogramo por cabeza el peso promedio de la hacienda enviada a los frigoríficos, señalando que sobre los 1.050.000 vacunos faenados por mes, la suba permitiría lograr un aumento equivalente de 61.500 animales por año sin modificar los rodeos. Claro que la medida no podría quedar librada a la voluntad individual de los productores, sino encuadrada en un Plan Ganadero Nacional muchas veces anunciado pero, hasta ahora demorado, por dilemas fiscales y políticos.