INDUSTRIA AVÍCOLA: UN AÑO CORONADO POR EL MERCADO INTERNO
¿Fue un año de crecimiento para la avicultura argentina?En lo que respecta al mercado interno, sí, fue un año de crecimiento muy importante, incluso superior al que teníamos previsto. El alojamiento para la producción del 2006--que marcaba un 13% a 14% previsto de crecimiento estará en casi el 17 %. Algo que está relacionado, en algunos casos, con la mejor productividad en los planteles.¿Qué se esperaba para esta producción y por qué no se cumplió?Un crecimiento de casi un 23% en las exportaciones, y un crecimiento de 5 % en el mercado interno. Pero nos encontramos con otros números. La crisis de la influenza aviar, que se entro a manifestar fuertemente en los mercados compradores del exterior, en el mes de enero, febrero y marzo condicionó prácticamente al resto del año. Con lo cual nosotros que nos podemos considerar un oferente exitoso en cuanto al manejo de la exportación, vamos a terminar el año apenas un crecimiento del 5% sobre las exportaciones.¿Cómo incidió la crisis de la carne bovina en el crecimiento del consumo interno de pollo?La crisis de la carne bovina fue un detonante muy importante que nos ayudó a elaborar una estrategia que el sector trazó para intentar no reducir su estructura de producción ante la crisis de la influenza aviar; y el conflicto producido, más el problema de la escasa oferta por parte de la carne vacuna y la recomendación de buscar carnes alternativas, hizo que nos encontráramos con consumos impensados para este año. ¿A qué niveles se llegó, por ejemplo?Hemos logrado llegar a niveles de consumo y superar los que en nuestro proyecto estaba calculado para el año 2010. Veníamos con 25, 400 kg del 2005, esperábamos, 26,500 para el 2006, y nos encontramos con un marzo y abril que llegamos a 31 kg por habitante año y el promedio del año va a estar casi en 29 kilos, que ya se pasa a convertir casi en un consumo de hábito.¿Cómo se traduce el nivel alcanzado en términos de ganancias?Desde la producción ha sido un año en el que convalidamos lo que estábamos produciendo, y no necesitamos alterar el proyecto de producción. Desde los niveles de facturación, no logramos lo esperado porque también en el mercado interno, nosotros operamos por debajo del precio previsto que teníamos que era, aproximadamente, 2,70+ IVA el kilo de pollo, lo que representaba, aproximadamente, 900 dólares la tonelada ¿Cómo fue el comportamiento de las exportaciones?Desde el proyecto previo, a lo que hubo que adecuarse en la explosión que generó la crisis de la influenza aviar, podemos decir que fue un año exitoso. Pero en la exportación estamos teniendo 5% más pero no estamos llegando a los 215 millones de dólares sino en 165 millones. Por eso, desde el punto de vista del balance de las empresas los números son para mirarlos con mucho cuidado y mucho detenimiento. No podríamos repetir una estrategia como la de este año si volviera a replantearse una crisis en el mercado internacional. De todas maneras, ya percibimos que el mercado internacional ha tomado nuevamente un ritmo de demanda y de recuperación de precios que permiten trabajar. Ahora habrá que ver cuál es el comportamiento en el mundo de este aumento del precio del maíz.¿Qué balance puede hacer la Cámara del trabajo con el SENASA?El trabajo con el SENASA fue bueno y seguirá creciendo. Hace un año y medio, el SENASA tuvo la consideración de aceptar una invitación que le hizo CEPA para hacer un debate profundo sobre cómo articular el funcionamiento público y privado en esa institución. La propuesta no estaba preparada pensando en la influenza aviar sino en el crecimiento vertiginoso que estaba teniendo la industria con un SENASA que tiene un fuerte sesgo hacia la carne vacuna. En ese sentido, a nosotros nos tomó el tema de la influenza aviar con un conocimiento muy importante de todas las áreas del SENASA en cuanto a la problemática y el proyecto avícola. Esto hizo mucho más sencillo avanzar en un trabajo que significara mejorar las condiciones de bioseguridad desde la mejora conceptual de la gente y la mejora efectiva de las granjas. ¿Se realizaron acciones conjuntas?Sí, durante el 2006, como consecuencia de un aporte que hizo CEPA, más un aporte de CAPIA, se le proveyeron al SENASA fondos para oficialmente hacer un trabajo con gente que contrató el SENASA, donde se realizó un referenciamiento de todas las granjas comerciales del país. Por otra parte, el SENASA, más gente del INTA, un relevamiento de todas las producciones de tras patio. Los resultados estarán publicados seguramente al comenzar el 2007. En ese sentido, se ha podido hacer un trabajo realmente importante que es base para trabajos futuros, ya que no estamos trabajando solo como consecuencia de la emergencia que presentó la influenza aviar.Queremos lograr un un plan de mejora continua de la bioseguridad en las granjas. Si hay algo fundamental en lo que hace a la previsibilidad y sustenatibilidad del sector, es poder asegurar al máximo las condiciones de sanidad de las aves. Esto es lo que complica fuera de cualquier proyecto, el comercio mundial e incluso el comercio interno. Lo demás es cuestión de mayor o menor capacidad administrativa de la empresa por parte de los empresarios. O el sector, por parte de la cámara. Pero en esto estamos todos comprometidos y ponemos los máximos esfuerzos.¿Qué es lo que se viene en el corto plazo?Lo que se viene es el mapeo satelital, que en realidad ya está... Entrando a la página web que corresponde, podemos tener todas las granjas que hay en el país. De un color están las que son ponedoras comerciales, de otro color las que son parrilleros, de otro las que son reproductoras y de otro las plantas de faena. Se pueden percibir claramente las distancias entre granjas, la superposición de distancias que hay. Esto nos va a llevar a que, aparte de la bioseguridad en las granjas, tendremos que trabajar en zonas de bioseguridad relativamente chicas, marcadas por una ruta, un río, o arroyo, que nos permitirá asegurar la sanidad de todo esto.