CONTRASTE GANADERO: PAMPA HUMEDA Y NOA

CONTRASTE GANADERO: PAMPA HUMEDA Y NOA

Cada vez más, en el campo se habla de la existencia de dos ganaderías dentro de la Argentina, y no precisamente por cuestiones de geografía. Como una brecha que se ensancha, el país parece tener en materia pecuaria dos escenarios distintos: uno en el Norte, sobre todo en el NOA, pujante, con numerosos proyectos en marcha y precios en alza; otro en el Sur, en la pampa húmeda, con valores deprimidos respecto del año pasado, menor interés por invertir y con una caída de las expectativas tras las intervenciones del Gobierno sobre la actividad. ¿Qué es básicamente lo que está ocurriendo? En líneas generales, en la actualidad el Norte le está sacando a la pampa húmeda, a la cuenca del Salado, una diferencia clara en los precios de los reproductores. Hay brechas de hasta un 50% en toros, en promedio. En vaquillonas la diferencia puede llegar a ser mayor. "Hoy los toros están haciendo (en el NOA), en general, promedios de 6000/7000 pesos; hay remates que han hecho 8000/9000 pesos", comentó Carlos Segón, que, con sede en Salta, lleva adelante una empresa que brinda servicios y asesoramiento de inversión en ganadería. El año pasado, los toros Brangus y Braford de la región estaban en promedios de 5000 pesos, según Segón.
En Salta, el stock ganadero subió 50% en los últimos tres años; se calcula que esta provincia ya posee 800.000 hectáreas para esta producción, con 800.000 cabezas; además, se proyecta un potencial de dos millones de hectáreas adicionales. Se habla de que todo el NOA tiene un potencial de 10 millones de hectáreas. A todo esto, se estima que Formosa habría aumentado 15% su stock también en los últimos tres años.
En el Norte, dijo Segón, una vaquillona preñada inscripta de Brangus o Braford vale, en promedio, de 2000 a 2500 pesos. En 2006 ese animal costaba 1800 pesos, en promedio, según el especialista. En tanto, las hembras no inscriptas, generales, rondan los 1300/1500 pesos.
No obstante, en un informe de Brangus se puede observar para las hembras -a partir de remates y exposiciones hasta ahora auspiciados por la entidad- un promedio incluso más alto: 3343 pesos (contra $ 2388 del año pasado).
Las cosas son bien diferentes en la ganadería del Sur o de la pampa húmeda. Los toros puros controlados de las buenas cabañas hoy están en un rango de promedios de 4500/5000 pesos, en tanto que los de las cabañas medias van de 3300 a 3600 pesos, según dijo Patricio Carli, rematador de Alzaga Unzué y Cía. SA.
Carli hizo la siguiente comparación respecto de 2006 en materia de precios. "Estamos aproximadamente un 10 por debajo de los valores del año pasado (en la pampa húmeda)", comentó. Se estima que ya se comercializó el 40-45% de los toros de cabañas.
Mientras en las cabañas de punta una vaquillona preñada pura controlada puede estar en promedios de 2000/2200 pesos, para una cabaña media de esta región se habla de 1200/1500 pesos.
"Acá estamos un 10/20% (por debajo de los precios de 2006)", indicó el rematador de Alzaga Unzué. Una buena vaquillona general preñada (entorada a los dos años) cuesta entre 900 y 1100 pesos, contra 1200/1300 pesos del año pasado.
Crecimiento
"El Norte creció un 30% por lo menos en valor -el último año-, mientras que el Sur (por la pampa húmeda) se mantuvo", reflexionó Víctor Tonelli, consultor. Claramente, los valores son distintos, pero ¿qué motoriza la tendencia en el Norte, sobre todo en el NOA, versus la pampa húmeda?
En líneas generales, influyen varios factores, desde la necesidad de poblar campos en desarrollo en la región, una demanda de hacienda más fuerte que la oferta, el desplazamiento de la ganadería desde la pampa húmeda (no se van físicamente las vacas, ya que ésta región no puede cubrir la demanda adicional del Norte por problemas de adaptación a las zonas de garrapata y mío-mío) por la agricultura, políticas provinciales favorables y hasta la visión a largo plazo de productores y empresas.
Hace trece años, el 62,4% del stock vacuno estaba en la pampa húmeda, el 21,5% en el NEA y el 7,3% en el NOA. En 2006, la pampa húmeda bajó al 57% por ciento, en tanto que el NEA subió al 25% y el NOA trepó al 8,5%; se calcula que el NOA hoy ya podría tener el 10% del stock nacional.
"Esto (por lo que sucede en el NOA) no es producto de un buen momento de la ganadería, sino de la expulsión de la ganadería en la pampa húmeda", indicó Segón.
"En términos ganaderos hay una Argentina partida en dos: mientras en una se está absorbiendo la actividad, en otra se la está corriendo", señaló, por su parte, el consultor Víctor Tonelli.
Para Ignacio Lupión, asesor de la cabaña Los Reales, de Las Lajitas SA, lo que sucede en el Norte lo está marcando el juego de la oferta y la demanda. "Los campos se están poblando y hay una demanda creciente que marca los precios, mientras la oferta sigue siendo la de siempre", dijo. "La demanda tiene un auge apostando al futuro", agregó el asesor.
Al margen de la necesidad de poblar campos desarrollados y la existencia de una importante demanda, en el Norte hay otras razones para explicar el boom: la tierra es más barata. Hoy en Salta, por ejemplo, una hectárea ganadera en producción oscila entre 700 y US$ 1000, con una vaca por hectárea. En tanto, en Rauch, en la cuenca del Salado, una hectárea de un campo netamente ganadero ya promedia los US$ 1600.
Además, para Segón, en el Norte también es bajo el costo de mantenimiento de las praderas subptropicales, con lo cual significa otro atractivo.
En Salta hoy se están invirtiendo unos 1000 dólares por hectárea por vaca. En cambio, la inversión por vaca en la cuenca del Salado ronda los 1800/2000 dólares por ha. Ahora bien, no obstante la mayor inversión por vaca, se pueden esperar mejores porcentajes de destete en la cuenca del Salado versus Salta: 80/85% contra 55/60% de la provincia del Norte, que en los planteos más eficientes puede estar en el 70/80 por ciento.
"El crecimiento del Norte se hace con hacienda de allí mismo, porque hay nuevas hectáreas y especies que mejoran la oferta forrajera; claramente la demanda supera a la oferta", añadió Tonelli.
Lo que sucede en esa región también está provocando una mayor demanda de tecnología a organismos como el INTA. "El desarrollo del NOA está planteando una demanda de tecnología que no se tenía hace dos años en el INTA; hay un crecimiento muy empresarial, con nuevos protagonistas e inversores", expresó Daniel Rearte, coordinador del Programa Nacional Carne del INTA.
No por casualidad, más allá de la suba del stock hay una cierta mejora de los índices de destete promedios: están tres puntos más arriba que hace unos 3-4 años (51/52% versus 48%). "Hay muchas empresas con tecnología que no había antes", graficó Rearte. Según el experto, en el Norte hay una demanda hacia sistemas ganaderos silvopastoriles, buscando combinar rentabilidad con sustentabilidad con el ambiente.
¿Y qué está pasando con la demanda de tecnología en la cuenca del Salado? "La demanda pasa por sistemas que mejoren la rentabilidad de la cría tradicional; el productor resiste irse de la ganadería y por eso busca intensificar pensando en recriar y engordar sus propios terneros. Busca alternativas por la baja rentabilidad en comparación con la agricultura", evaluó Rearte.
Un dato que no pasa inadvertido en el Norte es el mismo crecimiento que están registrando las asociaciones de criadores de las razas de esa región, con más cabañas y animales evaluados. Para mencionar, en Brangus las cabañas con registro activo pasaron de 87 a 175 entre 2002 y 2007. Un síntoma más del crecimiento.
Por Fernando Bertello
De la Redacción de LA NACION

 

 

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