Competitividad: el desafío de los exportadores de carne para 2021

La exportación de carne bovina cerrará el año con casi 900 mil toneladas, lo cual constituye no sólo un récord de ventas, sino también un logro por las características que tuvo el año en términos de comercio internacional en medio de una pandemia. Ese logro es gracias al trabajo de decenas de frigoríficos exportadores que sortearon los problemas que generó el covid-19 y al mismo tiempo buscan avanzar con el Gobierno en un plan integral que contempla inversiones en la industria, mejoras en la competitividad, reducir las retenciones del 9% al 4%, la aplicación de un estándar sanitario único y avanzar en las negociaciones internacionales. En esa línea trabajan los exportadores, que la semana pasada anunciaron inversiones por más de 187 millones de dólares para aumentar la capacidad de ventas del sector. Ese es el objetivo central que persigue la industria para 2021.

Mario Ravettino, titular del Consorcio de Exportadores ABC, aseguró que el año pasado se comercializaron 840 mil toneladas de carne por un total de 3.400 millones de dólares. Este año, las casi 900 mil se comercializaron por un valor cercado a los 2,9 millones de dólares. “La cadena perdió competitividad”, precisó Ravettino.

La propuesta del consorcio es lograr exportar en el corto plazo 1,25 millones de toneladas por un valor superior a los 5.000 millones de dólares, con lo cual no sólo se trata de una señal para el sector industrial, sino que también lo es para los ganaderos, porque sin vacas los frigoríficos poco pueden hacer.

Según Víctor Tonelli, consultor ganadero de basta experiencia en el rubro, “el 2021 va a seguir al menos durante el primer semestre con mucha incertidumbre hasta que la vacuna contra el covid-19 se aplique de manera masiva. No debemos olvidar que el mercado más importante en valor para nuestro país es Europa y todavía mantiene fuertes restricciones de circulación por la pandemia. Mientras tanto, China sigue comprando y aunque lo hace a valores bajos, compra y eso es muy positivo”.

Vale recordar que el año pasado a esta misma fecha, los chinos comenzaron a imponer restricciones y los precios cayeron. Días pasados el gigante asiático advirtió que se encontró una sustancia atribuible al covid-19 en el exterior de un empaque de carne Argentina, algo que ya había ocurrido en envíos de Chile, Ecuador y Brasil. En cuanto a este punto, extraoficialmente hay quienes dentro del sector de la carne estiman que podría ser una estrategia para nuevamente bajar los precios que China paga por las importaciones de carne.

En cuanto al mercado interno, Dardo Chiesa, titular de la Mesa de Ganados y Carnes, destacó que se vislumbra un escenario complicado para el mercado interno porque el precio de la carne estará ligado directamente a la disponibilidad de dinero en el bolsillo de los consumidores. “Esta ecuación de tensión entre un ternero que vale $160, el gordo que vale $105 y el maíz que vale $15 mil, al ama de casa no le importa demasiado. Simplemente si le resulta caro, no lo paga.

Tonelli precisó que “el año próximo tendremos en el mercado interno los efectos de la pandemia, por lo tanto no habrá un poder adquisitivo fuerte hasta tanto no se reactive la economía”.

De todas maneras, el analista destacó que “la que marcará el ritmo de los precios será la oferta, porque mas allá de la baja demanda, si la oferta es escasa habrá precios altos. Esos valores se podrían mantener durante 3 o 4 meses y recién a partir de marzo es probable que ingrese al mercado una cantidad importante de hacienda que fue a engordarse a campo -por una cuestión de costos- cuando los precios por kilo vivo comiencen a mostrar signos de recuperación. A partir de ahí aparecerá una oferta acumulada y los precios se reacomodarían. Eso recién sucedería en el segundo y tercer cuatrimestre del año próximo”.

Desde la Cámara de la Industria y el Comercio de la Carne (CICCRA), Miguel Schiariti aseguró que se consolida lentamente el aumento de la carne al publico por la salida de la cuarentena y el retorno de los trabajadores formales e informales a la actividad económica, por lo tanto esa demanda consolida el aumento de precios que será gradual hasta que termine el año.

Un dato sumamente importante para considerar cómo comenzará el 2021 es que tenemos por delante otro año atípico: las vacaciones serán en la Argentina, muchos esperan con ansiedad la vuelta de las reuniones sociales al aire libre y no hay nada mas asociado a eso que el asado, por lo tanto se espera un incremento en el consumo cuando comience el verano. Si a eso le sumamos que volverán a requerir carne los restaurantes y hoteles, la demanda se recuperaría en el mismo momento en que la oferta sería menor y eso generaría indefectiblemente aumento de precios en el mostrador.

Fuente: Ámbito (Por: Daniel Aprile)

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