CHILE: SAG RELEVA AL SERVICIO DE SALUD EN INSPECCION DE MATADEROS
Con este acto simbólico se concretó el traspaso de funciones de inspección veterinaria de ocho mataderos de la Región del Bío Bío, que incluyen el mencionado de Chillán y los de Coelemu, y Bulnes en lo que respecta a Ñuble; además de los de Los Angeles, Mulchén, Cañete y Yumbel.
A estas instalaciones se suman las plantas faenadoras Carnes Ñuble y Agrolomas, que ya contaban con inspección SAG, debido a que habían sido traspasadas con anterioridad y sólo quedan pendientes dos plantas de poca relevancia en volumen como Yungay e Isla Mocha (esta última no funciona desde el terremoto).
La explicación oficial del SAG es que el “traspaso surge producto del convenio de delegación de inspección suscrito entre la subsecretaria de Salud Pública y el SAG, a través del cual se delega las funciones de inspección veterinaria de los animales y sus carnes desde los servicios de salud al SAG, referentes a Mataderos, teniendo como alcance la aplicación de las normas técnicas Nº 62 y Nº 54 del Ministerio de Salud, las que establecen procedimientos de inspección y criterios para declarar la aptitud para consumo humano de las carnes en Chile”.
En la ocasión Eduardo Fürher señaló: “Para nosotros es muy importante este traspaso, ya que participaremos en toda la cadena productiva, desde el manejo sanitario de los animales hasta el producto final, permitiendo que exista una retroalimentación al origen, lo cual sin duda tiene una gran importancia epidemiológica”.
El director regional señaló que esto sumado al sistema de trazabilidad (identificación y seguimiento de los animales desde el nacimiento hasta el mercado), permiten una rápida reacción para el resguardo del patrimonio zoosanitario.
El director gerente de Friosur, Michel Veas, dijo que la medida tiene una lógica de relacionar al Ministerio de Agricultura con la alimentación, como en la mayoría de los países del mundo y que los beneficios están por verse. Señaló que para la faenadora es más gasto ya que se suma al veterinario del sistema antiguo dos técnicos, que son pagados por la empresa.
Carlos Valencia, veterinario y socio, señaló que otro cambio es la revisión más intensiva que abarca toda las labores de matanza, con inspección “ante mortem” (que antes no se efectuaba) y post morten de las canales y vísceras de los animales sacrificados, detectando casos de enfermedades como tuberculosis (lo más frecuente y que implica decomiso), triquina y parásitos. Los animales o partes que son objeto de decomiso por no estar aptos para el consumo humano, desnaturalizados.
Fuente: LaDiscusion.Cl