CHILE CREARA UN BANCO GENETICO PECUARIO

CHILE CREARA UN BANCO GENETICO PECUARIO

En un mercado cada vez más exigente, se hace necesario adoptar nuevas herramientas tecnológicas que permitan, tanto a productores de alimentos como a autoridades sanitarias, conocer en profundidad los aspectos ecológicos y epidemiológicos de los agentes patógenos bacterianos que impactan negativamente la inocuidad de los alimentos y la salud de las personas.
Es por esta razón que la Asociación de Productores Avícolas (APA) conjuntamente con la Asociación Gremial de Productores de Cerdos (ASPROCER), el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y la Agencia Chilena de Inocuidad Alimentaria (ACHIPIA) —con el cofinanciamiento de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA)— están trabajando en la implementación de un Banco Genético Pecuario (BGP) para la industria avícola y porcina nacional, que mejore las medidas de control y prevención para asegurar la inocuidad alimentaria.
El BGP es un reservorio de cepas bacterianas de patógenos encontradas en la industria porcina y avícola nacional. Este permitirá conocer el origen real de la contaminación y trazar el movimiento exacto de un patógeno, con el objeto de actuar más rápidamente en controlar y prevenir efectivamente su diseminación.
Actualmente nuestro país no cuenta con un Banco Genético Pecuario (BGP) y esta nueva iniciativa fortalecerá los programas microbiológicos oficiales y la imagen de país como proveedor mundial de alimentos, informa El Morro Cotudo.

“Se trata de un proyecto innovador y estamos ciertos que es una valiosa herramienta que podría ser replicable en diversas áreas de la industria alimentaria”, señaló el Gerente de Sanidad e Inocuidad de APA, Pedro Guerrero.
De acuerdo a las últimas estadísticas disponibles, en 2012, la carne de ave representó el 45% del total de las 1.474 mil toneladas de carne que se produjeron en el país, con un importante incremento respecto al año anterior.
En cuanto a las exportaciones se enviaron 168 mil toneladas con un valor de US$ 333 millones de carne de ave (pollo y pavo), marcando un crecimiento en cantidad de 2,6%.
En tanto, la producción de carne de cerdo en 2012 representó el 40% de la producción total de carnes chilenas, ascendiendo a 583.673 toneladas varas. Cifra que representó un aumento de 10,6% en relación al período anterior.
La misma tendencia de crecimiento se observó en comercio exterior, ya que el 2012 se registraron envíos por US$ 538 millones, 19% más que el año anterior. Debido al crecimiento que están teniendo los sectores avícola y porcino y ante un posible evento en el extranjero de contaminación con algunas de las bacterias incorporadas en el BGP, al contar con información detallada sobre los clones o subtipos de estas bacterias, Chile podría determinar rápidamente si es o no el causante de la contaminación.
Para la ejecutiva de innovación y supervisora de la iniciativa, Natalia Díaz, esta iniciativa es de gran importancia, ya que con el BGP, el SAG podrá elaborar y/o actualizar los programas de control y prevención para los patógenos que serán analizados (Salmonella sp y Campylobacter sp).
Una de las herramientas para conocer y trazar la dinámica de las principales bacterias es la epidemiología bacteriana clásica. No obstante, esta cuenta con un alcance superficial y limitado.
Actualmente, y producto de los avances en la ciencia, está siendo reemplazada por la llamada epidemiología molecular bacteriana, la cual permite conocer el clon o subtipo de un patógeno mediante técnicas capaces de detectar trozos específicos del ADN bacteriano. Esta información podrá ser analizada, clasificada y relacionada en un banco genético pecuario para ser utilizada de manera oportuna.
Los Programas Microbiológicos Oficiales del SAG, al ser requisitos obligatorios para la exportación, estarán alimentando constantemente el BGP con cepas bacterianas patógenas. Guerrero agrega que esta iniciativa podría ser de gran utilidad para los productores, debido a que les permitiría evaluar con mayor certeza la efectividad de las medidas de control implementadas a lo largo de la cadena productiva, mejorando los procesos en el sistema de gestión de inocuidad.
Lo anterior daría una gran oportunidad para que la producción avícola y porcina nacional sea impulsada a un nuevo nivel, dando mayores garantías de inocuidad en los alimentos y asegurando la salud de los consumidores nacionales y extranjeros.

 

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