BALANCE FIFRA: EL BOOM GANADERO LO VEO MAS EN EXPECTATIVAS QUE EN REALIDADES

BALANCE FIFRA: EL BOOM GANADERO LO VEO MAS EN EXPECTATIVAS QUE EN REALIDADES

“El año 2016 fue positivo, distinto. Haber recuperado el diálogo y la ins­titucionalidad tiene un valor impor­tante, tanto entre el sector privado y el público, como dentro del sector público”, dice Daniel Urcía, presi­dente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA), aunque sostiene que luego de la quita de retenciones y elimi­nación de los ROEs, el resto de las medidas fueron a cuentagotas. “Muchas de ellas en el sector de ganados y carnes se van a terminar aplicando en 2017, pero ha habi­do mucho trabajo, en la interacción entre Agroindustria de la Nación y de Buenos Aires, el INAES, el SENASA y la AFIP. Eso tiene su valor aunque los resultados concre­tos aún no se vean”.

                                                
Daniel Urcía: “El año 2016 fue positivo, distinto.Haber recuperado el diálogo y la institucionalidad tiene un valor importante, tanto entre el sector privado y el público.

-¿Hay alguna medida que sí haya impactado positivamente?
-La disminución de Ingresos Brutos en Buenos Aires es un hecho históri­co (pasó de 2,5 a 0,5% para el mata­rife abastecedor) porque la industria frigorífica bonaerense mantiene una disputa por este impuesto hace 20 años. Es una discusión judicializada y la provincia no recauda porque nadie le paga. Eso conlleva un mon­tón de situaciones como empresas fantasmas y matrículas truchas que algunas luego degeneraron en las pseudo cooperativas. El origen está en la excesiva presión fiscal de un tributo distorsivo como este.
Urcía explica que al tratarse de un impuesto a las ventas esa alícuota se acumula en cada operación y en un negocio con un valor elevado de la materia prima, tiene un impac­to significativo que al final de la cadena puede gravar al producto en casi 10%, cuando nunca se da ese margen de rentabilidad en los eslabones de la cadena, que entre frigorífico, matarife y carnicero va del 1 al 3%. “El porcentaje de ren­tabilidad es tan escaso porque se da en la repetición de operaciones, no en una en particular, sino en la escala. Que se haya comprendi­do que esos impuestos distorsivos generan esa otra problemática hace pensar que es el comienzo de algo distinto”.
También destacó en este tema el trabajo articulado entre Buenos Aires y Córdoba, que con la mediación de Agroindustria de la Nación permitió que ambas pro­vincias reduzcan la alícuota a 0,5% (Córdoba ya la había bajado a un 1,5%), al tiempo que se espera que la legislatura de Santa Fe apruebe una medida similar, de manera de igualar la alícuota que paga el matarife abastecedor en las 3 pro­vincias.
Para Urcía, otro tema pendiente y un desafío para 2017 es regularizar a los carniceros y lograr que sean ins­criptos en IVA. La inmensa mayoría de ellos está en infracción, aportando como monotributistas, piden que no se les facture la carne -para evitar pasarse de categoría- y el Estado tiene un escaso poder de control.
“Este eslabón en el final de la cadena es crítico, como lo es el ini­cial, para que se le permita al gana­dero ajustar sus existencias y no gravarlo con ganancias ficticias que originan la subfacturación y el ‘achi­que’, para compensar la inflación y el pago de ganancias”.
También destacó la resolución de la AFIP que implementa el pago a cuenta de IVA como condición para la faena. “Va a generar que todo titular de faena, frigorífico o mata­rife, tribute algo y se rompa la inequidad entre quien paga y quien no”. Explicó que así la AFIP -que ahora tiene la base de datos de movimientos de hacienda del SENASA- podrá monitorear el sistema y -con los datos de los pagos a cuenta de IVA- empezará a con­trolar el movimiento comercial, tendrá información de precios, y podrá ordenar controles focalizados.
Otro saldo positivo que para Urcía deja 2016 es la creación de la Subsecretaría de Control Comercial Agropecuario, al frente de Marcelo Rossi. “Es una persona idónea que ha demostrado capacidad. Es elocuente que quieren trabajar y hacer las cosas bien en ganados y carnes”, sostuvo. Pero más importante es que “el tema ganados y carnes esté en la agenda presidencial porque le da valor y porque un organis­mo solo no va a solucionar los problemas. En este sentido, destacó que la Jefatura de Gabinete haya designado a un funcionario -Eduardo Finn- con asiento en Agroindustria, que coordina las acciones con todos los organismos gubernamentales en el tema ganados y carnes.


                                    
Urcía destacó que "el pago a cuenta de IVA va a generar que todo titular de faena, frigorífico o matarife,
tribute algo y se rompa la inequidad entre quienes pagan y quienes no lo hacen".


- ¿Y qué herramientas productivas hacen falta?
- Si bien la ganadería se viene recuperando, lo hace a un 2% por año, y con este ritmo, volver a recuperar los 60 millones de cabezas (actualmente hay 54), va a llevar más allá de 2020. No crece más rápido porque la inversión se da por reinversión de utilida­des del productor. La forma de acelerar el proceso sería darle el dinero que el productor necesita para sostener su flujo financiero, por retener animales. Pero el sistema financiero no ofrece solución por las altas tasas y al ganadero no le conviene endeudarse, sino retener lo que pueda y vender lo que necesita, porque no tiene urgencia en producir carne.
-¿Y entonces?
- En FIFRA surgió la propuesta de un fideicomiso para financiar la retención de animales y facilitar la recría.
- ¿Cómo funcionaría?
- El productor aportaría kilos de animales para hacer una recría. Transfiere la propiedad de sus animales (terneros) al fideicomiso y recibe por la mitad del peso de esos animales, dinero (el fideicomiso se los compra). Por la otra mitad recibe cuotas parte, por ser integrante del fideicomiso. Los animales quedan en el campo del mismo productor y se hace la transferencia de la pro­piedad cumpliendo las normas habituales. Previamente a su ingreso al fideicomiso se evalúa la aptitud del productor (y su campo). Además habrá un pliego de condiciones que le indique al productor que deberá recriar un animal que engorde un promedio de 400/500 gramos por día, cosa que en 10 meses a 1 año, le haya agregado los 140 a 150 kg esperables. Cumplidas las condiciones, el productor solucionó su problema financiero porque recibió plata y partici­pará del negocio de todos los animales y no solo de la parte que se hubiera guar­dado él, y dependerá de su eficiencia el resultado de ese negocio. Producida la recría, ese animal que actualmente vende con 170/180 kg va a salir con 330/350 kg. Al liquidarse el negocio del fideicomiso, el productor cobrará su cuota parte y el animal recriado puede ser comprado por quien engorde para Cuota Hilton o 481, o por un feedlot de consumo.
Esta iniciativa busca aprovechar los campos con capacidad ociosa para hacer recría, impulsando estar herra­mienta que no tendría costo financiero para el productor. Está claro que el Estado tiene que darle un marco legal (resolución) y apalancarlo con dinero que Agroindustria podría destinar a través del Banco Nación. El proyec­to fue escuchado por funcionarios del ministerio, que le dieron su visto bueno y actualmente recorre otros estamentos del Gobierno nacional para su evalua­ción. Por otra parte, al tratarse de un fideicomiso, el banco podría ofrecerlo como un instrumento financiero de bajo riesgo a inversores institucionales.
-Y en lo productivo, ¿cómo ve 2017?
- Seguirá al ritmo que viene actual­mente. Por eso lo del boom ganadero lo veo más en expectativas que en realidades. Si se hacen los números entre agricultura y ganadería, según los suelos, la ganadería da positivo. Pero hay que ver cómo está parado el productor que tiene que volver a invertir en pasturas, aguadas o alam­brados y aun con menos rentabilidad, insiste en agricultura. Hacen falta políticas para generar el desarrollo del productor ganadero. Debería haber créditos para estas cosas.
Más información:
www.fifra.org.ar
Fuente:

Nota publicada en la Revista AmeriCarne N°116
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