B12, la vitamina que empodera a las carnes


    Este nutriente presente en los alimentos de origen animal es fundamental para una buena salud humana,  por lo que la aparición de nuevos segmentos de consumidores, como los veganos, alerta sobre las consecuencias de su deficiencia.

    Por: Mgt. Marcela Leal / Red IESVIDAS (Investigación en Estilos de Vida Saludable). Representación por Argentina. leal.nutricion@gmail.com
    Foto: Banco de imágenes

    La Vitamina B12 es un nutriente que ayuda a mantener sanas las neuronas y los glóbulos sanguíneos, y contribuye a la elaboración de ADN, prevención de un tipo de anemia (megaloblástica), la cual provoca cansancio y debilidad. Los alimentos de origen animal, no vegetal, son fuente natural de esta vitamina. Se encuentra en alimentos como carne, vísceras, aves, pescados, mariscos y yema de huevo. La leche humana también constituye una fuente adecuada cuando los niveles maternos son los adecuados. En cambio, los alimentos vegetales no contienen Vitamina B12 salvo que sean fortificados.

    Las consecuencias por no consumir suficiente cantidad de Vitamina B12 pueden ser cansancio, debilidad, constipación, pérdida de apetito, pérdida de peso y anemia megaloblástica. Existe también la posibilidad de presentar problemas neurológicos (entumecimiento de manos y pies). Otros síntomas descriptos son problemas de equilibrio, depresión, confusión, demencia, mala memoria, inflamación de la boca o la lengua. Además puede causar daños en el sistema nervioso. En los bebés los signos de deficiencia incluyen retraso en el crecimiento, problemas de movilidad, retraso en alcanzar los hitos esperados de su desarrollo, y anemia.

    Las consecuencias por no consumir suficiente cantidad de Vitamina B12 pueden ser cansancio, debilidad, constipación, pérdida de apetito, pérdida de peso y anemia megaloblástica, entre otras.

    En Argentina ha crecido la población que opta por un plan alimentario vegetariano, costumbre adoptada ya sea por razones medioambientales, factores religiosos o de salud. Al analizar la evidencia epidemiológica de este patrón de alimentación vegetariana encontramos un perfil más favorable y saludable que ayuda a evitar los factores de riesgo metabólicos como los lípidos plasmáticos (colesterol o triglicéridos); inflamación e insulinorresistencia. Los vegetarianos, comparados con la población general, tienen también una menor incidencia de hipertensión arterial, diabetes tipo 2, sobrepeso, un riesgo menor de muerte por enfermedad isquémica cardíaca y riesgo menor de padecer cáncer. Pero, ¿estos beneficios en la salud de las personas vegetarianas se atribuyen solamente a la ausencia de carne en su alimentación? ¿O son a causa del aumento de un determinado alimento o por todos los alimentos que forman parte de un plan vegetariano? Incluso la causa podría estar basada en todos los componentes del estilo de vida saludable que los caracteriza.

    Pero estos beneficios de salud del plan vegetariano no son exclusivos del mismo. Existen otros patrones alimentarios que incluyen un consumo en menor cantidad de carne roja magra para obtener también una protección significativa contra enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la mortalidad general. La Dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension), National Institute of Health / NIH, de Estados Unidos, constituye el enfoque alimenticio para detener la hipertensión arterial, diseñado para ayudar a tratar y prevenir la presión arterial alta. Este plan DASH está también en concordancia con las recomendaciones alimentarias para la prevención de patologías como la osteoporosis, el cáncer, las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares y la diabetes. Forman parte de este plan el consumo de vegetales, frutas, productos lácteos bajos en grasa, cantidades moderadas de granos integrales, pescado, aves y frutos secos. La carne roja se recomienda con un consumo en pequeñas cantidades, magra, y con la recomendación de quitar la grasa y utilizar métodos de cocción como el horneado o asar a la parrilla, evitando la fritura.

    Ante este aumento de la población argentina en adoptar un modelo de alimentación donde se elimina el consumo de carnes, es fundamental considerar que la dieta vegetariana puede ser restrictiva, monótona e inadecuadamente planificada. En consecuencia, el aporte de nutrientes es escaso, pudiendo ser perjudicial para la salud. El asesoramiento profesional es imprescindible para asegurar una alimentación vegetariana nutritiva y adecuada.

    Los nutrientes potencialmente preocupantes en la alimentación de los vegetarianos son la Vitamina B12; Vitamina D; los ácidos grasos omega3; minerales como el hierro, el calcio y el zinc; y en menor medida las proteínas y el iodo. En este esquema de deficiencias el consumo de suplementos y alimentos fortificados son alternativas a implementar.

    La deficiencia de Vitamina B12 en población vegetariana alcanza al 62% de las mujeres embarazadas, al 25-86% de niños y al 21-41% de los adolescentes, de acuerdo a lo publicado en la Revista Chilena de Pediatría. En este contexto de crecimiento, paulatino y sostenido, de personas que deciden eliminar la carne de su alimentación, es fundamental prestar especial atención a la Vitamina B12, la cual se encuentra en productos animales; y no en los de origen vegetal, a excepción de los enriquecidos. La deficiencia de la vitamina se manifiesta con un amplio espectro de consecuencias, por ejemplo el compromiso neurológico causado por la alteración en la formación de la mielina.

    Esta población vegetariana tiene limitadas fuentes de la vitamina B12 ya que, por ejemplo, las legumbres tienen escasa cantidad y la absorción es baja. La recomendación nutricional será que consuman cantidad suficiente de alimentos fortificados y suplementos para evitar los síntomas de deficiencia de esta vitamina. También deberán tener una ingesta suficiente de vitamina B12 las mujeres vegetarianas embarazadas, o en período de lactancia, incluso en mujeres en edad fértil que se encuentran planificando un embarazo.

    El riesgo de la deficiencia no incluye solamente a los vegetarianos o veganos, también puede afectar a aquellas personas que consumen carne o pescado con una frecuencia de menos de una vez por semana.

    En los últimos años el porcentaje de niños nacidos de madres veganas ha crecido en forma sostenida e importante. La Revista de la Sociedad Argentina de Pediatría ha publicado los resultados de un estudio* de investigación realizado con el objetivo de describir la respuesta en un grupo de lactantes, hijos de madres veganas, con déficit de Vitamina B12 y compromiso neurológico grave (apneas, convulsiones, hipotonía, desconexión y retraso madurativo). Ante el dosaje de Vitamina B12 plasmática, realizado tanto a las madres como a los niños, el resultado fue que los valores de la misma fueron extremadamente bajos. Se realizó un tratamiento con complejo B intramuscular diario, luego semanal, mensual y finalmente administración por la vía oral. Durante este período se mantuvo la alimentación vegana. El resultado fue que en todos los casos, niños y madres, en un período de pocos meses, tuvieron una mejoría clínica, caracterizada por la desaparición de las convulsiones y las apneas, y también la recuperación parcial de las pautas madurativas. El hemograma y el electroencefalograma se normalizaron con el tratamiento.

    La Vitamina B12 se encuentra en productos animales; y no en los de origen vegetal, a excepción de los enriquecidos.

    En este escenario de personas que deciden no incluir productos de origen animal en su alimentación, las sociedades científicas y profesionales han adoptado diferentes posturas, y todas recomiendan una ADECUADA PLANIFICACIÓN de un plan alimentario sin productos de ese origen animal. Por ejemplo ADA (American Dietetic Association), se ha pronunciado al respecto: “Las dietas vegetarianas adecuadamente planificadas son saludables, nutricionalmente adecuadas, y pueden proporcionar beneficios para la salud en la prevención y el tratamiento de ciertas enfermedades. Las dietas vegetarianas bien planificadas son apropiadas para todas las etapas del ciclo vital, incluido el embarazo, la lactancia, la infancia, la niñez y la adolescencia, así como también para los atletas”. Por lo tanto, es fundamental que las personas que deciden restringir en su dieta el consumo de alimentos de origen animal tengan el asesoramiento profesional para garantizar la ausencia de deficiencia de nutrientes y evitar los síntomas de su carencia.

    * “Compromiso neurológico grave por déficit de Vitamina B12 en lactantes hijos de madres veganas y vegetarianas”. Arch Argent Pediatr 2019; 117.

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