Alimentación postnatal, momento bisagra para la avicultura
Las primeras semanas son claves en la nu trición de los pollitos recién nacidos para fortalecer su microbiota y tracto gastroinstestinal, lo cual hace necesaria la búsqueda de nuevos nutrientes y de formas de vehiculizarlos.
Por: Ing. Agr. Mg. Mariano Batallé, Universidad Nacional de Luján.
Foto: Banco de imágenes
Las líneas modernas de pollos de engorde son seleccionadas intensivamente para una mayor tasa de crecimiento y un mayor tamaño de músculos, incluidos los pectorales (Petracci y col, 2012). Esto conduce a un mayor requerimiento de parte de los embriones de pollo, de energía y proteína, y en consecuencia un desequilibrio entre los requerimientos y las reservas de nutrientes almacenados dentro de los huevos, limitando el crecimiento y desarrollo máximo (de acuerdo con el genotipo) de los embriones de pollo (Bartov, 1988; Uni, 2001).
Algunos autores han indicado que las concentraciones de ciertos aminoácidos en el huevo no son suficientes para apoyar completamente el desarrollo embrionario (Akiba, 1995; Bartov, 1988). Además, debido al almacenamiento limitado de carbohidratos en el huevo, los aminoácidos son sustratos importantes para la síntesis de glucógeno, lo que puede limitar su disponibilidad para síntesis de proteínas (Bierer, 1965).
El requerimiento de energía de un pollito durante las primeras 24 horas ha sido estimada en 11 kcal, pero el saco vitelino contiene solo 9,4 kcal, lo que sugiere que si el pollito no recibe alimento en este período, este entrará en balance energético negativo y perderá peso rápidamente (Sunny, 2007). Después de la eclosión se iniciarán dos procesos paralelos que tienen amplia conexión entre ellos. Por una parte, se inicia la colonización por la microbiota, la cual continuará durante varios días posteriores a la eclosión. Esta situación es inevitable en las condiciones de crianza normales y se puede intervenir en este proceso con el uso de probióticos que establezcan una competencia con la microflora propia de la granja. Por otra parte, el consumo de alimento antes de las primeras 24 horas post eclosión, permite al ave utilizar de mejor forma el residuo de saco vitelino, descargando en el intestino anticuerpos de la madre, así como nutrientes indispensables para el adecuado desarrollo de los enterocitos, conteniendo aproximadamente el vitelo un 50% de agua, 33% de grasa, 15% de proteína y menos del 1% de hidratos de carbono (Shenstone, 1968; Vieira S. Morán, 1998). Cuando esto no sucede se presenta la retención del saco vitelino y se iniciará una serie de problemas que pueden derivar en la infección de éste, con mayor daño al ave (Blajman, 2016).
El estímulo de alimento es el principal factor para iniciar el desarrollo anatómico y funcional del tracto gastrointestinal. Las principales enzimas digestivas son sustratos dependientes (Pravakar, 2016), el consumo de alimento activa la secreción de enzimas pancreáticas que, a medida que el pollito va creciendo, son producidas a un nivel relativamente constante en relación con la ingesta. En el período inmediato a la post eclosión, el intestino aumenta de peso más rápidamente que la masa corporal. Este proceso se da hasta los 6 a 10 días en pollos de engorde. El intestino delgado de los recién nacidos es inmaduro y está sujeto a cambios morfológicos y bioquímicos que son influenciados por el acceso a la ración y la temperatura ambiente (Uni, 2001).
El tiempo de ayuno post - nacimiento es una variable determinante en cuanto a la optimización de los logros buscados en toda explotación avícola, tales como conversión alimenticia, mortalidad y el consumo final de alimento. El proceso de alistamiento del pollito (sexaje, vacunación y traslados) toma con suerte unas 24 horas; permaneciendo sin recibir nutrientes durante un período crítico de su desarrollo, cuando la capacidad de crecer, en términos de velocidad de crecimiento es máxima (Petracci y col, 2012). A esta circunstancia hay que sumar que cuando los pollos llegan a los galpones muchas veces las instalaciones no están preparadas y no tienen dispuestos los bebederos de agua, los comederos de alimento y tampoco se ha climatizado de manera óptima.
El suministro de un alimento que proporcione los nutrientes necesarios para los pollos recién nacidos, durante las primeras 24 horas, ayudará de una manera práctica a solucionar este inconveniente (Blanch, 2018), resultando en una variedad de efectos positivos, tales como la reducción de la deshidratación, una rápida reabsorción del saco vitelino, estimulación del desarrollo del hígado, páncreas e intestino, incluyendo un aumento de la longitud de la vellosidad intestinal y un mayor desarrollo del sistema inmunitario al estimular la proliferación de las células en la bursa, facilitando el rápido desarrollo de la inmunidad humoral (Prabakar, 2016). Esto tiene como resultado una mejor utilización de los nutrientes, mejor conversión alimenticia, mayor ganancia de peso corporal, mejoramiento en la producción de pechuga, reducción en la mortalidad, aumento de la viabilidad y un mejor desempeño al final del ciclo (Uni, 2001).
En la actualidad, existe un método para la alimentación del embrión mediante la inoculación de nutrientes en el líquido amniótico del huevo, en la última fase del desarrollo embrionario. Para esto se han desarrollado numerosos estudios donde se han investigado en forma individual o en conjunto la administración de aminoácidos (Zieli?ska, 2012), carbohidratos (Yadgary, 2012), vitaminas (Blanch, 2018) y probióticos (Oliveira, 2014) entre otros. Todos los estudios condujeron, en mayor o menor medida, en una mejora de los parámetros productivos y una modulación de su resistencia a sufrir enfermedades. La desventaja de este método es la necesidad de contar con el equipamiento necesario para la alimentación in ovo y la imposibilidad de no poder administrar cantidades mayores a 1 ml (Ruiz, 2014). Como alternativa se han estudiado y desarrollado diferentes productos para la alimentación post nacimiento hasta la granja de pollo, que, si bien se obtienen excelentes resultados (Chica, 2010), la mayoría son alimentos secos, los cuales favorecen la absorción del saco vitelino sin suplir la deshidratación y con la posibilidad de realizar una erosión en el epitelio intestinal (Maiorka, 2003). Los productos en base a gelatinas húmedas, si bien evitan este problema, tienen como desventaja que mojan los plumones de los pollitos bebés, exponiéndolos a un mayor estrés por temperatura.
Ante esta situación surge la necesidad del estudio de nuevos nutrientes para la alimentación posnatal y la evaluación de alternativas de vehiculizar estos nutrientes en conjunto con el aporte de agua, pero sin ocasionar el humedecimiento de los pollos. Algunas alternativas de estudio podrán ser los geles de alginato y el agar agar, ambos utilizados en productos alimenticios, farmacéuticos y textiles entre otros (Tapia, 2009; Vendaño, 2013).
Como conclusión, mejorar el estado nutricional del recién nacido a través de la alimentación temprana puede traer ventajas positivas como mejorar la eficiencia de utilización de nutrientes, reducir la mortalidad, mejorar la respuesta inmune a antígenos, reducir la incidencia de anormalidades esqueléticas y aumentar el desarrollo muscular de las aves. Estos beneficios, también apoyarían a la avicultura en la reducción de costos de producción.